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El matrimonio en la antigüedad cristiana (I)

Publicado: 12/02/2014: 8675

La religión romana no tenía ninguna ceremonia para la celebración del matrimonio; éste se celebraba en el ámbito familiar. En el año 1592 apareció un manuscrito dirigido a una personalidad pagana de nombre "Diognetes". En este escrito apologético, de autor desconocido, al referirse a los cristianos dice: «los cristianos no se distinguen por sus costumbres... se casan como todos; como todos engendran hijos, pero no exponen los que les nacen». Este testimonio de fines del s. II indica que los cristianos se casaban según las costumbres romanas, pero aceptando que su matrimonio es un signo de la unión de Cristo con la Iglesia (Ef 5, 32).

Los esponsales procedían al matrimonio, costumbre heredada de los judíos, y tenían una categoría similar a la del matrimonio. El obispo Himerio de Tarragona consulta al papa Siricio «si un varón puede recibir en matrimonio a una joven ya desposada con otro». La respuesta es clara «prohibimos en absoluto que se haga, a causa de la bendición que el sacerdote ha impartido a la futura esposa».

No consta claramente que en los dos primeros siglos existiera una liturgia matrimonial. Sin embargo, numerosos Padres de la Iglesia y escritores cristianos, tanto orientales como occidentales, tratan sobre la dignidad y santidad del matrimonio. San Ignacio de Antioquía (35-110) manifiesta que el matrimonio entre cristianos se celebra ante la presencia o conocimiento del obispo. Clemente de Alejandría (150-215) describe la santidad del matrimonio cristiano. Tertuliano (155-230) escribe tres bellísimas obras sobre el matrimonio y la familia tituladas "A mi mujer", "Exhortación a la castidad" y "Sobre la monogamia". San Cipriano (200-258) prescribe que los cristianos se casen en el Señor. Posteriormente, abundan los testimonios de los Padres de la Iglesia como san Juan Crisóstomo (344-407) en favor de la santidad de la vida matrimonial. Desde siempre la Iglesia estableció y quiso que el matrimonio fuera entre cristianos; la monogamia y la indisolubilidad serán notas esenciales del matrimonio; se condenó el adulterio, el aborto y el abandono de los hijos.

Autor: Santiago Correa, párroco en S. Ignacio y Sta. Marí

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