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Cuando lloran los seglares

Publicado: 07/01/2014: 6002

Ha fallecido Fernando. A Jiménez Villarejo se le recuerda con expresión serena y sonriente. Humilde. Cuando pedía algo lo pedía con respeto. El respeto de los viejos. Ha muerto un presbítero de Málaga. Uno más.

En su último adiós en la parroquia malagueña de Ntra. Sra. de las Angustias su despedida se regó con muchas lágrimas de laicos. A los que conocía de cerca y acompañó espiritualmente como hermano. Cuando lloran los seglares en el entierro de un cura ha muerto un buen sacerdote. En expresión del papa Francisco, un pastor con olor a oveja. Las expresiones de afecto que con frecuencia salpican los entierros de los presbíteros malagueños es señal inequívoca de que esos curas fueron hombres de Dios y de Iglesia.

Sorprende agradablemente que lloren los laicos. Emociona ver cómo se baña con lágrimas el entierro. Cómo se arropa a la familia y a los amigos. Es lo que aquel jueves vivimos en El Palo. Cariño al presbítero malagueño. Al misionero diocesano. Como un trozo de hielo desecho en los labios, poco a poco marchan sigilosos excelentes hombres aunque haya quien no entienda por qué se va en momentos que faltan sacerdotes cabales, presbíteros de honda experiencia de fe, curas de almas.

Autor: Rafael J. Pérez Pallarés

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