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Intervención en Málaga TV. Vivir la Navidad con espíritu cristiano (2)

Publicado: 22/12/1996: 1301

Intervención en Málaga TV

 Vivir la Navidad con espíritu cristiano

Málaga TV: 2ª charla, 22 de diciembre de 1996:

“Los valores humanos de la Navidad”

            Por crudo y preocupante que sea el contexto concreto de la Navidad de 1996, estas fiestas reflejan y fomentan unos determinados valores humanos importantes. Señalemos los más importantes:

            1.- Se intensifica la vida familiar:

            La vida moderna modifica la frecuencia y la calidad de las relaciones familiares; el trabajo fuera del hogar, la emigración, los estudios de los hijos, la televisión…

            Navidad significa el reencuentro de la familia. Se refuerza el sentimiento de identidad familiar. Propicia el reencuentro con las raíces familiares, que son componente muy importante de las raíces del ser humano.

            2.- Afloran con facilidad sentimientos humanitarios:

            La Navidad trae consigo una cierta “tregua social”, en medio de la dura lucha de la vida que con frecuencia hace que los demás nos resulten extraños, molestos, competidores, sospechosos y enemigos.

            En Navidad parece que cambian esos sentimientos y la gente se desea mutuamente salud, felicidad, paz. Nos llega más dentro la situación de los que sufren y hacemos un esfuerzo mayor o menor por compartir algo de nuestros bienes con los necesitados.

            Puede parecer que una “tregua” es poca cosa; y algunos piensan que es una “hipocresía social”. Pero pienso que ese hecho es socialmente saludable: nos dejamos afectar por los demás; es señal de que aún anidan en el corazón sentimientos nobles y se reblandece el rostro adusto y agresivo de la sociedad.

            3.- Renace la alegría, que es un bien escaso en nuestro mundo, donde predomina la preocupación, la insatisfacción y el hastío.

            Navidad crea un clima ambiental favorable a la alegría. El encuentro con la familia, la presencia masiva de niños en nuestras calles, la iluminación extraordinaria de nuestros pueblos, el intercambio de regalos, la mesa mejor surtida, los villancicos,…. nos hacen sentirnos mejor y más felices.

            Es verdad que algunas personas duramente probadas por la vida “lo pasan peor”, porque se agolpan en estos días los recuerdos, las nostalgias y las amarguras. Y es bueno que lo tengamos presente.

            Pero la mayoría encontramos en las fiestas de Navidad una fuente de alegría que nos es necesaria para recuperar fuerzas y nos dispone para la dura brega del vivir diario.

            La Navidad es un tiempo favorable a estos sentimientos de alegría, que es la verdadera vocación del hombre.

            Sentir alegría verdadera y transmitir alegría es un modo de sintonizar con el espíritu de la Navidad. Los ángeles del cielo anuncian el Nacimiento de Jesús a los pastores como “un gran gozo para todo el pueblo”.

+ Antonio Dorado Soto,

Obispo de Málaga

Autor: Mons. Antonio Dorado Soto

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