NoticiaPapa Francisco

Francisco en Asís

Publicado: 05/10/2013: 2189

El Papa Francisco ha afirmado este viernes en Asís que "hoy es un día de lágrimas", en referencia a las víctimas del naufragio frente a la isla italiana de Lampedusa en el que murieron unas 130 personas y otras 200 se dan por desaparecidas. Al mundo "no le importa si la gente debe huir de la esclavitud, del hambre, buscando la libertad", lamentó el Papa durante su visita a Asís este viernes, la ciudad de San Francisco, al referirse a los inmigrantes que perecieron en la tragedia.

Apartándose del discurso oficial, el Papa pidió a los católicos que se inspiren en el modelo de San Francisco, quien se despojó de todos sus bienes y vivió en la pobreza. El Papa condenó también "el espíritu mundano" que tildó de "lepra, cáncer de la sociedad, que mata a la Iglesia", dijo. "El cristianismo sin la cruz, sin Jesús, es como una panadería, un lindo pastel", agregó.

El Papa Francisco comenzó su peregrinación a Asís en el Instituto Seráfico que atiende niños incapacitados y enfermos.  Al llegar al Instituto  Francisco ha saludado personalmente a numerosos niños incapacitados y enfermos atendidos por esta institución y después el alcalde de Asís, Claudio Ricci, quien ha agradecido su visita y ha recordado la tragedia de Lampedusa en la que la dignidad ha sido perdida. Además, la presidente del Instituto Seráfico, Francesca Di Maolo ha recordado que la institución ha sido fundada por el beato franciscano Ludovico da Casoria.

Posteriormente, el Papa ha pronunciado sus primeras palabras en forma espontánea y no ha leído el discurso previsto que al finalizar ha entregado al arzobispo de Asís, Domenico Sorrentino. En su intervención, Francisco ha subrayado que en este Instituto se lleva a cabo en la capilla la Adoración Eucarística, por lo que ha remarcado que Jesús se encuentra escondido en el pan eucarístico y en los jóvenes y niños presentes.

Además el Papa ha animado a "escuchar al Jesús escondido en el pan compartido y en el dolor" porque todos tienen necesidad de decir que estas llagas "deben ser escuchadas y acogidas" ya que Jesús, después de su resurrección, era bello pero conservó en su cuerpo las llagas de la Cruz, por lo que ha concluido animando a "dar voz para que los cristianos escuchen". Al finalizar, el Papa se trasladó en visita privada al santuario de San Damiano para rezar y después se dirigió a la sede arzobispal, donde mantuvo un encuentro con los pobres.

UN DISCURSO NO LEÍDO

En el discurso que el Papa no ha leído pero que sí ha entregado al arzobispo de Asís, recuerda que eligió como Obispo de Roma llevar ese nombre por lo que explica que realiza esta "peregrinación de amor" para rezar en la tumba "de un hombre que se ha despojado de sí mismo y se ha revestido de Cristo, ha amado a todos especialmente a los más pobres y abandonados, ha amado con estupor y sencillez la creación de Dios". Además, Francisco indicó que ha querido comenzar su peregrinación ahí para alertar una vez más acerca de "la cultura del desecho contraria a la cultura de la acogida".

En esta línea, Francisco aseguró que "las víctimas de la cultura del desecho son las personas más débiles, más frágiles" pero en cambio en esta casa "ve en acción la cultura de la acogida". De este modo, el Pontífice resaltó la colaboración conjunta "por la vida digna de personas con graves dificultades" y agradeció "este signo de amor" que es "signo de la verdadera civilización humana y cristiana" y animó a colocar "al centro de la atención social y política a las personas más desfavorecidas" ya que en ocasiones las familias se encuentran solas para hacerse cargo de ellos.

Por último, el Papa animó a "multiplicar las obras de la cultura de la acogida, obras sobre todo animadas por un profundo amor cristiano, amor a Cristo crucificado, a la carne de Cristo, obras en donde se unan la profesionalidad, el trabajo calificado y justamente retribuído, con el voluntariado, un tesoro valioso".

HOMILÍA

El Papa Francisco volvió a realizar un fuerte llamamiento para que "cesen los conflictos armados que ensangrientan la tierra, que callen las armas y que en todas partes el odio ceda el puesto al amor, la ofensa al perdón y la discordia a la unión". Este ha sido el grito del Papa en su homilía de la misa que ha celebrado ante la Basílica de San Francisco de Asís, en Umbria, en el centro de Italia, una ciudad que ha elegido para rendir homenaje al santo del que eligió su nombre como pontífice. Francisco ha pedido que "escuchemos el grito de los que lloran, sufren y mueren por la violencia, el terrorismo o la guerra, en Tierra Santa, tan amada por San Francisco, en Siria, en todo el Oriente Medio, y en el mundo".  En su homilía, el pontífice argentino también ha recordado que San Francisco es conocido además de por ser el santo de los pobres, también por la defensa de la creación y a este respecto ha pedido que se respete la creación y que el hombre no sea "instrumento de destrucción".

El que fuera arzobispo de Buenos Aires ha comenzado explicando que llegó a Asís como un peregrino más para "dar gracias al Padre por todo lo que ha querido revelar a uno de estos pequeños de los que habla el evangelio: Francisco, hijo de un rico comerciante de Asís". Y ha que tras el encuentro con Jesús, Francisco "se despojó de una vida cómoda y superficial, para abrazar a la señora pobreza". El Papa también ha explicado "que muchos asocian a Francisco con la paz, pero pocos profundizan" y ha aseverado que la llamada "paz franciscana no es un sentimiento almibarado" y tampoco "una especie de armonía panteísta con las energías del cosmos". "La paz de San Francisco es la de Cristo y la encuentra el que carga con su yugo. Y este yugo no se puede llevar con arrogancia, con presunción, con soberbia, sino sólo con mansedumbre y humildad de corazón", ha agregado.

Autor: diocesismalaga.es

Más noticias de: Papa Francisco