NoticiaSantos ¿Qué dice el Catecismo sobre la resurrección y la muerte? Publicado: 29/10/2012: 3234 EL RESPETO A LOS MUERTOS (2299-2301) A los moribundos se han de prestar todas las atenciones necesarias para ayudarles a vivir sus últimos momentos en la dignidad y la paz. Deben ser ayudados por la oración de sus parientes, los cuales cuidarán que los enfermos reciban a tiempo los sacramentos que preparan para el encuentro con el Dios vivo. Los cuerpos de los difuntos deben ser tratados con respeto y caridad en la fe y la esperanza de la resurrección. Enterrar a los muertos es una obra de misericordia corporal, que honra a los hijos de Dios, templos del Espíritu Santo. La autopsia de los cadáveres es moralmente admisible cuando hay razones de orden legal o de investigación científica. El don gratuito de órganos después de la muerte es legítimo y puede ser meritorio. La Iglesia permite la incineración cuando con ella no se cuestione la fe en la resurrección del cuerpo. Según el "Código de Derecho Canónico", can. 1176.3, la Iglesia aconseja vivamente que se conserve la piadosa costumbre de sepultar el cadáver de los difuntos; sin embargo, no prohíbe la cremación, a no ser que haya sido elegida por razones contrarias a la doctrina cristiana. ¿QUÉ SIGNIFICA LA EXPRESIÓN "RESURRECCIÓN DE LA CARNE? (Compendio n. 203) La expresión "resurrección de la carne" significa que el estado definitivo del hombre no será solamente el alma espiritual separada del cuerpo, sino que también nuestros cuerpos mortales un día volverán a tener vida. ¿QUÉ SUCEDE CON LA MUERTE A NUESTROCUERPO Y A NUESTRA ALMA? (Compendio n. 205) Con la muerte, que es separación del alma y del cuerpo, éste cae en la corrupción, mientras el alma, que es inmortal, va al encuentro del juicio de Dios y espera volverse a unir al cuerpo, cuando éste resurja transformado en la segunda venida del Señor. Comprender cómo tendrá lugar la resurrección sobrepasa la posibilidad de nuestra imaginación y entendimiento. ¿QUÉ ES LA VIDA ETERNA? (Compendio n. 207) La vida eterna es la que comienza inmediatamente después de la muerte. Esta vida no tendrá fin; será precedida para cada uno por juicio particular por parte de Cristo, juez de vivos y muertos, y será ratificada en el juicio final. Autor: diocesismalaga.es