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Entrevista a Paulina Morala, directora del colegio El Carmen-La Salle

Publicado: 19/05/2012: 4120

La directora del colegio afirma que «La Salle llegó a tierra de misión en 1912».

–Cien años de vida, ¿cómo lo están celebrando?

–Es un acontecimiento muy importante, que llevamos esperando desde hace tiempo. Hemos organizado actos de todo tipo, siempre desde nuestra perspectiva de colegio y en los que intentamos implicar a toda la comunidad educativa y a la ciudad de Melilla. Entre los más señalados podemos destacar: el acto de inauguración que celebramos en octubre, una exposición sobre la historia del colegio para nuestros alumnos y, sobre todo, los que vamos a vivir este mes: la inauguración de una imagen de nuestro fundador, la misa solemne y la cena de hermandad. En junio recibiremos a 500 alumnos de otros colegios de La Salle para celebrar los Juegos de la Amistad.

–¿Qué supone la visita del Sr. Obispo?

–Es para nosotros un momento de gran gozo. Es una demostración del apoyo que la diócesis da a la labor de nuestro colegio.
Nosotros somos parte de la Iglesia y contar con su presencia es un gran honor.

–¿Cómo fueron los inicios del colegio?

–Los Hermanos de La Salle llegaron a Melilla en 1912. La ciudad estaba creciendo rápidamente y necesitaban escuelas ya que sólo existía un colegio militar. Además se promulgó una ley que obligaba a los religiosos a hacer el servicio militar pero podían hacerlo en tierra de misión y Melilla se consideraba como tal. Cuando llegaron encontraron una gran acogida por parte de la población que necesitaba escuelas y que se atendiera sus necesidades espirituales, ya que los niños no podían hacer la Primera Comunión. Desde entonces la relación entre La Salle y Melilla ha sido muy estrecha.

–¿Cómo ha sido la trayectoria del colegio en este centenario?

–El colegio ha permanecido siempre abierto, en momentos fáciles y dificiles. Su dedicación ha sido fundamentalmente la formación integral de nuestros alumnos desde el carisma lasaliano. El colegio ha ido evolucionando con el tiempo, pero siempre ha mantenido su carácter cristiano y su cercanía al alumno como sus características fundamentales. Es un colegio comprometido con el futuro pero que no olvida el pasado. Existen fuertes lazos entre los que lo formamos y nos sentimos una familia. Debido a la peculiaridad de la ciudad de Melilla siempre ha habido alumnos de diferentes religiones que han convivido en armonía bajo el espíritu de La Salle.

Autor: Inmaculada Prieto/Encarni Llamas

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