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Vélez y la Constitución de 1812

Publicado: 23/03/2012: 2313

Los tres aros que podemos ver en la torre de la parroquia de San Juan de Vélez contenían los tres primeros artículos de la Constitución que se promulgó en la ciudad de Cádiz.

El beneficiado (sacerdote agregado a la parroquia) de San Juan, de Vélez-Málaga, Estéban José de Alba y Ortega, después cura y vicario de la misma ciudad y parroquia, fue un entusiasta de la Constitucion Española de1812, además de gran impulsor de la Sociedad Económica de Amigos del País, creada en esta ciudad, y jefe del Partido Liberal de Vélez-Málaga, lo que le valió persecución por parte del gobierno de Fernando VII. Esta Sociedad había sido impulsada por el obispo Ferrer y Figueredo de la que llegó a ser director en 1787.

Siendo el vicario Estéban José de Alba censor de la Sociedad, ordenó escribir sobre los tres aros que podemos ver en la torre de la parroquia de San Juan de Vélez los tres primeros artículos de la Constitución de 1812 que son:

1º.- La Nación española es la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios.
2º.- La nación española es libre e independiente, y no es ni puede ser patrimonio de ninguna familia ni persona.
3º.- La soberanía reside esencialmente en la Nación, y por lo mismo pertenece a esta exclusivamente el derecho de establecer sus leyes fundamentales.

Escribió un Catecismo Político, Español, Constitucional a imitación del de la Doctrina Cristiana compuesto por el Sr. Reinoso, que presenta para su censura al Gobernador Eclesiástico de Málaga, según comunicación del 14 de mayo de 1814. En 1820 fue elegido diputado a Cortes, suplente, con 28 votos. El Ayuntamiento le encomienda la reconstrucción de la Sociedad con la entrega de los archivos y enseres que aún se conservaban en el Ayuntamiento a primeros de mayo de 1820, junto con el anciano sacerdote, también veleño, Julián Coronado Wítember, reliquia viviente de aquel grupo de ilustrados que, 40 años antes, habían creado el instituto. Suprimida nuevamente la Constitución, es perseguido por el gobierno absolutista. Preso en su casa, y necesitando ocupar su actividad intelectual, se dedicó a traducir la Biblia, arreglada en verso endecasílabo. Casi terminada esta obra, contrajo una enfermedad que le ocasionó la muerte el 3 de abril de 1834.
 

Autor: Rafael Gómez Marín, sacerdote diocesano

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