NoticiaArte

Historia de una rehabilitación

Publicado: 20/03/2012: 6963

Recorrido por las obras de rehabilitación de la iglesia de la Santa Cruz y San Felipe Neri, abierta nuevamente al culto tras recuperar su esplendor. El origen de esta iglesia se halla en las devociones del segundo Conde de Buenavista, Antonio Tomás Guerrero Coronado y Zapata, quien entre 1720-1730, edificó una pequeña capilla de planta octogonal, atribuida al arquitecto Felipe de Unzurrúnzaga, lo que en la actualidad es el presbiterio

A principios de julio de 1739, el Conde de Buenavista cede a los Padres Filipenses la iglesia a petición del obispo de Málaga, Gaspar de Molina, compuesta por una capilla superior y otra subterránea o cripta, una sacristía, numerosas ornamentaciones, esculturas, pinturas, una vivienda situada junto a la iglesia, y varias casas situadas en calles aledañas para el sostenimiento de la Congregación. También cedió el uso de la capilla subterránea a la Escuela de Cristo, aunque esta fuera propiedad de los Filipenses.

A partir de 1756, con la llegada del padre Cristóbal de Rojas y Sandoval a la Congregación de San Felipe, y del importante papel que jugaron los obispos de Málaga, Juan de Eulate y Santa Cruz y Manuel Ferrer y Figueredo se llevaron a cabo distintas fases de construcción en donde se estableció la Casa de Estudios y la ampliación del templo, anexionándose a la capilla octogonal primitiva, una nave elíptica con atrio, proyectada en 1755 por Antonio Ramos Medina. La iglesia, en su fase final en 1778, sería dirigida por José Martín de Aldehuela, que en 1790, empezaría a construir el tabernáculo realizado con un diseño neoclásico en mármoles polícromos y madera que los imita. En 1795, estuvieron terminados el tabernáculo y el altar mayor, celebrándose una solemne procesión para colocar el Santísimo. También en 1795, se hizo la sacristía, atribuida a Martín de Aldehuela. Con la desamortización eclesiástica, la iglesia se erigió en parroquia en 1841, quedando como filial de los Mártires.

En tiempos de la Segunda República Española, el 12 de mayo de 1931, la iglesia fue saqueada por un grupo de descontrolados que intentó prender fuego a la sacristía sin conseguirlo. Años más tarde, también sería saqueado el templo con motivo de la Guerra Civil, en 1936, perdiendo de esta manera el patrimonio cultural que atesoraba la parroquia. Solo pudieron salvarse la Virgen de Servitas y el Cristo de los Afligidos.

LA REHABILITACIÓN

Eran importantes los daños por humedad en la mayoría de los muros de la iglesia. Esta humedad procedente del terreno, ascendía a muros y pilastras por capilaridad, llegando a afectar a los revestimientos.

En la nave elíptica debido al elevado nivel freático, y a la falta de drenaje e impermeabilización, la solería había recibido una fuerte humedad, procedente del subsuelo, por capilaridad. Las baldosas de mármol, se encontraban bastante afectadas por la humedad, presentando abombamientos, baldosas partidas, grietas, etc., en, aproximadamente, el 80% de la superficie. Además el espesor de las baldosas de mármol blanco era de 1 cm., totalmente insuficiente para el uso destinado y carecía de solera ó firme de apoyo.

Nos encontramos con una instalación eléctrica con materiales y protecciones antiguos muy deteriorados, con una capacidad menor de consumo que al que se estaba sometiendo. Siendo por tanto, un serio riesgo para la seguridad de los usuarios de la instalación así como para el propio edificio. Además el templo carecía de unas luminarias acordes con la calidad artística del edificio.

La capilla subterránea y cripta sufría las consecuencias del aumento de altura del nivel freático subterráneo, accediendo directamente el agua a su interior provocando, a parte de la imposibilidad de uso de los espacios inundados, los consiguientes deterioros y degradaciones de los materiales que constituyen las fábricas de muros y cimientos.

En 2007 realizamos el proyecto de la rehabilitación del interior. Inicialmente, las obras contempladas en el proyecto estaban encaminadas a resolver las patologías descritas anteriormente. La eliminación de humedades de ascenso capilar de los muros del templo, se ha resuelto mediante la eliminación de los morteros de cementos y su sustitución por morteros de cal y la formación de una barrera química mediante la inyección por gravedad de siloxanos.

En la nave elíptica se ha coloca un encachado de grava y una solera de hormigón. Posteriormente se ha terminado con una solería de mármol en damero a tres colores (blanco, negro y rojo). También se reparó la solería original del Presbiterio, recuperando la antigua grada de mármol blanco sobre la que se asienta la mesa de altar.

La eliminación de humedades en la Capilla subterránea, se ha realizado mediante la impermeabilización, drenaje y construcción de un vaso de hormigón estanco. Habiéndose recuperado hasta casi un metro de altura en todo el recinto, debido al haber eliminado hasta cinco capas de solería sobre puestas. También ha salido a la luz, la columna de piedra arenisca de una sola pieza, que sostiene todo el presbiterio y que permanecía oculta bajo un emparchado de ladrillo moderno.

Se ha dotado al edificio de una nueva instalación eléctrica e iluminación El planteamiento adoptado para la iluminación de la Iglesia de San Felipe Neri se ha elaborado en base a dos principios, siempre teniendo en cuenta las funciones esenciales de una Iglesia: la celebración de funciones litúrgicas y el proporcionar un espacio para el rezo personal. Además, la distribución de la Iglesia (de planta oval) y la presencia de características arquitectónicas (capillas laterales, varios altares, etc.) así como pinturas, esculturas, exige un análisis detallado de las diferentes ‘funciones visuales’ existentes en la propia Iglesia. Todas estas premisas nos llevaron a la conclusión de que era necesario crear relaciones entre los diferentes valores de la iluminación (lux) seleccionada de entre las diferentes áreas, superficies y “funciones visuales” (Altar, Ambón, bóvedas, esculturas, superficies para andar, luces para leer, etc.), prestando atención especial a la posición de las diferentes luminarias para evitar deslumbramiento, proporcionando diferentes interruptores de apagado y encendido para satisfacer funciones diferentes, así como efectos decorativos.

Se restauraron todas las carpinterías de madera. Finalmente se procedió a la pintura general del edificio mediante pintura de tipo mineral, al silicato potásico.  Comenzamos las obras en el mes de septiembre de 2010, y tras la espera preceptiva de los informes favorables de los departamentos de arqueología de la junta de Andalucía y del Ayuntamiento de Málaga, empezamos a picar paredes, levantar solería, hacer una rampa de acceso directo para una mini excavadora a la capilla subterránea, etc. Es entonces, en medio de toda esta vorágine, en el mes de noviembre, cuando visita nuestro Sr. Obispo por primera vez las obras. Tras cruzar por el umbral de la puerta principal, hace una parada a los pies del templo quedándose unos minutos parado absorto por la belleza de la Iglesia.

En la visita le explicamos, el alcance de las obras y la historia que alberga el edifico, le hablamos de la Iglesia Primitiva, que era la capilla privada de la casa del Conde de Buenavista y de su Iglesia Subterránea; de la ampliación de la Iglesia por el Filipense P. Cristóbal de Rojas y del importante papel que jugaron siempre los Obispos de Málaga en la historia de este templo como fueron el Agustino Fray Gaspar de Molina, D. Juan de Eulate y Santa Cruz y de Ferrer y Figueredo.

Le hablamos también de los bienes muebles que poseía el edifico, de las obras de arte que donó el Conde, de las que quedan los maravillosos tondos atribuidos a José de Rivera. De los lamentables sucesos ocurridos en los años 1931 y 1936 en las que el templo es saqueado y se pierden numerosísimas obras de arte. Le mostramos fotografías del archivo Temboury, donde se pueden observar los elementos desaparecidos que contenía la Iglesia (la Fe que remataba el tabernáculo, los lienzos de Miguel Manrique, los bustos de la Dolorosa y el Ecce Homo atribuidos a Mena, etc.)

Es entonces cuando, D. Jesús me pide que volvamos a recuperar el valor artístico del Templo, siguiendo las mismas trazas artísticas que tuvo. Que se vuelva a recuperar la Capilla subterránea para uso al culto, que se construya aprovechando los espacios existentes en el sótano un columbario, que se recuperen y reordenen las capillas de la nave del templo y las que rodean al Presbiterio, que se restituyan las esculturas que formaban el tabernáculo, al igual que las pinturas de las capillas y que se restauren las piezas de valor artístico que quedaban en el Templo.

Tras la visita, me pongo en marcha a ello y nos reunimos la comisión Parroquial, con D. Gabriel al frente, hermanos mayores de Salutación, Sangre y Sta. Cruz, Prior de la Orden Tercera de Servitas, Legión de María, etc. La propuesta les entusiasma y acordamos realizar un proyecto para presentarlo a la Comisión de Patrimonio y al Consejo de Asuntos Económicos del Obispado de Málaga. En todo esto se une al equipo de trabajo, el sacerdote Jose Luís Linares.

Rápidamente contactamos con el pintor Raúl Berzosa, que realiza las pinturas del presbiterio. El programa iconográfico de las seis pinturas se centra en la Resurrección de Cristo y la vida de San Felipe Neri, realizándose tres pinturas sobre el “Apóstol de Roma” y cuatro sobre Jesús resucitado. Igualmente realiza los cuatro grandes Profetas del Antiguo Testamento, que rematan los cuatro tondos existentes sobre las capillas de la nave.

También se recuperan en el Presbiterio las esculturas de la Fe, que remataba el tabernáculo, los dos arcángeles a los lados del mismo y un magnifico crucificado que alberga en su interior. Así mismo se realiza una nueva imagen del titular del templo, San Felipe Neri. Estas imágenes han sido realizadas en madera policromada por el taller de los malagueños Raúl Trillo y Salvador Lamas, quienes también han realizado la heráldica de las capillas de las tres cofradías que residen en esta Iglesia.

Han sido restauradas las tallas de un crucificado del siglo XVII, que preside la Capilla subterránea, un crucificado del siglo XVIII para la Sacristía, la imagen del Cristo de los Afligidos, tan venerada en este Parroquia, así como un San Juanito para el recuperado Baptisterio, bajo una de las dos torres. Este trabajo ha sido realizado por Enrique Salvo.

Mención de justicia es el trabajo realizado por la empresa constructora de las obras ORP y sus empresas colaboradoras, por la labor verdaderamente “artesanal” que han demostrado en todos los trabajos aquí realizados.

DESCRIPCIÓN DEL INTERIOR DEL TEMPLO TRAS LA RESTAURACION:

NAVE ELÍPTICA:

Baptisterio:
Pila Bautismal de mármol blanco del siglo XIX.
San Juan Bautista niño (San Juanito) siglo XVIII (anónimo)
Capilla Hermandad de la Sta. Cruz:
Ntra. Sra. De los Dolores en su Amparo y Misericordia. Antonio Dubé de Luque (1984)
Capilla Orden tercera Servitas.-
María Santísima de los Dolores (Servitas). Fernando de Ortiz siglo XVIII.
Capilla San Felipe Neri:
San Felipe Neri. Raúl Trillo y Salvador Lamas (2011).
Cristo de Los Afligidos. Terracota policromada siglo XVIII.
Capilla Hermandad de Salutación:
Jesús Nazareno de la Salutación. Antonio Dubé de Luque (1989)
María Stma. del Patrocinio. Antonio Dubé de Luque (1985)
San Juan Evangelista. José Antonio Navarro Arteaga (1999)
Santa Mujer Verónica. Antonio Dubé de Luque (1990)
Capilla Archicofradía de la Sangre:
Santísimo Cristo de la Sangre. Francisco Palma Burgos (1941)
María Stma. de Consolación y Lágrimas. Anónimo siglo XVIII.
San Juan Evangelista. Amadeo Ruíz Olmos (1943)

CAPILLA PRIMITIVA. PRESBITERIO:

Tabernáculo en mármol. José Martín de Aldehuela (1795)
Escultura Alegoría de la Fé. Raúl Trillo y Salvador Lamas (2011).
Arcángeles con motivos Eucarísticos. Raúl Trillo y Salvador Lamas (2011).
Tondos que rodean en la parte superior del Presbiterio, que representan a Jesús, María y los Apóstoles. Atribuidos a José de Rivera tras su restauración.

Las Capillas que rodean el Presbiterio albergan las pinturas realizadas en 2011 por Raúl Berzosa formadas por los siguientes temas:

- Éxtasis de San Felipe Neri
- Aparición de la Virgen María a San Felipe Neri
- Cristo se aparece a María Magdalena “Noli me tangere”:
- Cena de Emaús
- Cristo se presenta a Pedro
- Incredulidad de Tomás
- La Santísima Trinidad y San Felipe Neri 

Artículo publicado en la revista "Frente a la Tribuna" en la cuaresma de 2012.

Autor: Pablo Pastor Vega, arquitecto técnico

Más noticias de: Arte