–Cada año, al comienzo de curso, se nos proponen varias prioridades pastorales, ¿cuáles son las de este año pastoral?

–Como nos ha indicado nuestro obispo, don Jesús, en varias ocasiones, las prioridades pastorales vienen determinadas por distintas instancias: Las propuestas de la Iglesia Universal, la líneas de trabajo de la Conferencia Episcopal, la realidad de nuestra Iglesia particular y las circunstancias sociales que tenemos que iluminar desde el Evangelio. Para este año pastoral, sin olvidar todo lo que habitualmente se hace, se quiere potenciar el trabajo en estas tres áreas pastorales:

1.- Catequesis: Continuar con la renovación de la catequesis de infancia, de la iniciación cristiana de niños y de la de adolescentes que comenzó el año pasado.

2.- Juventud: Dar gracias al Señor por el don que ha supuesto la preparación y celebración de la JMJ, y seguir consolidando el trabajo con los jóvenes y la renovación de la Delegación Diocesana de Infancia y Juventud.

3.- La Palabra: Aprovechar la riqueza que contiene la Exhortación Postsinodal de Benedicto XVI “Verbum Domini”, para que la Palabra vaya calando en nuestra vida y en la oración personal; y la “Lectio divina” enriquezca la catequesis y anime nuestro compromiso cristiano.

–¿Por qué se han elegido éstas? ¿Significa esto que dejamos a un lado los demás aspectos pastorales?

–Don Jesús lo explica recurriendo a una antigua práctica artesanal. En los pueblos se tejían manualmente las cuerdas de palma y, antes de que se terminase una pleita, se introducía una nueva en el trenzado, y así se iba consolidando el grosor de la “tomiza”, que así se llamaba en mi pueblo. Pues igual ocurre con las prioridades, cada año pastoral continuamos con algunas de las anteriores y se va introduciendo alguna nueva y reforzando las anteriores con nuevas acciones.

Marcar prioridades pastorales no significa evidentemente que en los ámbitos eclesiales se abandonen o descuiden las demás acciones que habitualmente se llevan a cabo. Simplemente es querer acentuar algún aspecto del trabajo pastoral y el deseo de hacer camino juntos y al mismo ritmo.

–La realidad en nuestra diócesis es muy rica y por ello muy compleja. Conocemos muy bien de las diferencias entre la costa y el interior, entre la ciudad y los pueblos, entre las zonas urbanizadas en complejos habitacionales diseminados y los pequeños pueblos de la Serranía de Ronda o la Axarquía. Por ello, las prioridades pastorales son unas orientaciones que pueden facilitar la programación de las actividades en una parroquia, pero siempre será el párroco, junto con el consejo de pastoral, el responsable de la marcha de su parroquia o de cualquier otra realidad diocesana.

El objetivo es crecer en la comunión eclesial, aunque respetando los distintos ritmos de los grupos, de las parroquias e incluso de las personas, porque el vivir como discípulos de Jesús es un proceso personal y comunitario que siempre hay que tener en cuenta.

–Después de la celebración de la JMJ, ¿sigue siendo la Juventud una prioridad?

– A nadie se le escapa, y menos a nosotros los católicos, que la celebración de la JMJ,  los discursos del Santo Padre y, sobre todo, la participación tan ejemplar de los jóvenes ha supuesto una bocanada de aire fresco para la Iglesia de España, que nos ha llenado de esperanza en cuanto al trabajo con los jóvenes, pues nos han demostrado que, cuando se les ofrecen valores y se les presenta a Jesucristo de una manera convincente, ellos responden con el entusiasmo propio de su edad.

Continuar con esta prioridad es una necesidad que se nos impone para seguir cultivando los frutos de la JMJ y aprovechar en nuestra diócesis toda la riqueza que se ha originado en los dos años de preparación de este evento eclesial.

Entrevista de Encarni Llamas publicada en el semanario "Diócesis"