DiócesisPastoral de la Salud

Migueli participó en las XXIV Jornada diocesana de pastoral de la salud

Publicado: 10/02/2011: 1224

Migueli predica con sus canciones. Es un cantautor de larga trayectoria. Toca en teatros, palacios de congresos, plazas de toros, centros culturales y juveniles, parroquias, institutos, colegios, centros de rehabilitación, cárceles… Ha recorrido Latinoamérica, ha sido invitado a Jornadas Mundiales de Jóvenes…

 

Sus canciones nacen del diálogo constante entre el Evangelio y la realidad de la gente con problemas sociales severos. Siempre se ha dedicado a la marginalidad y últimamente ha compuesto canciones inspiradas en el mundo de la salud y la enfermedad.

Comparte sus conocimientos y sus vivencias en temas de relación de ayuda, comunicación, inteligencia emocional... Lleva grabados once discos con más de un centenar de canciones con un intenso contenido humanizador y evangelizador.

Después de escuchar y sentir sus convicciones debemos dar gracias por los dones que Dios le ha confiado y que él tan bien sabe poner al servicio de los demás.

Su ponencia consistió en profundizar, cantar y hacernos cantar seis de sus últimas composiciones.

Los agentes de pastoral de la salud que hemos participado sentimos que Migueli tocó nuestras mentes y también nuestros corazones. Nos reforzó en nuestra identidad como acompañantes de personas que sufren alguna enfermedad.

Como más que una conferencia al uso se trató de una vivencia llena de contenidos y sentimientos, resulta limitante el pretender exponer solamente ideas. Sin embargo, dejando clara esta limitación, quisiera recordar algunas de las ideas generadoras que más me impactaron.

COMO UNA LUZ: Hay vidas que están a oscuras. Quien acompaña lleva la luz y aporta algo más valioso que la curación: la sanación de la esperanza. Somos portadores de la luz, “con ternura machacando”…

PONERSE A TIRO: Ir al encuentro de la debilidad de la gente implica capacidad de riesgo. Si “nos ponemos a tiro” del dolor algo significativo, sustancial, ocurrirá en nuestras vidas.  Para ello hay que moverse… “Si no me muevo, no veo ni a Dios”

TE REGALO MI SOMBRA: Acompañar a una persona enferma no implica pretender resolver nada… consiste en estar con el otro, acogerlo… “Quiero ir contigo”, ese debe ser el lema del acompañante, del agente de pastoral.

SER EL CORAZÓN DEL MUNDO: Hay corazones que no paran de latir, cueste lo que cueste. No es fácil estar con el que sufre.  Para ello, tres cosas son necesarias, según Migueli: una mirada al cielo que alimente nuestra esperanza, sonreír mucho y mantenernos erguidos. (No comento el cómo hacer para mantenernos erguidos… ha sido un secreto para los participantes…)

YENDO CONTIGO NADA ME INQUIETA: Nada, ni siquiera el dolor, ni siquiera la muerte.  Es necesario entrar en estos temas escondidos y ESCUCHAR al que sufre, facilitarle la comunicación y testimoniarle nuestra esperanza. Solamente así, “cada mañana es nueva”.

NO PUEDO VIVIR SIN TI: El acompañar “engancha”. Recibimos más de lo que damos y en la balanza vital los desafíos son levedad ante el peso del valor que tiene compartir la vida, conectar herida con herida… Y ese “no puedo vivir sin ti” lo podemos aplicar al enfermo que acompañamos, al compañero y la compañera del grupo parroquial de pastoral de la salud y, sobre todo, a Dios.  No podemos vivir sin Él.

Danilo Luis Farneda Calgaro

Secretariado de Pastoral de la Salud.

Autor: diocesismalaga.es

Más artículos de: Pastoral de la Salud
Compartir artículo