DiócesisMigraciones y Gitanos

Comunicado final de la vigilia con motivo del día de las migraciones 2011

Publicado: 19/01/2011: 110

"Esta noche nos hemos encontrado personas de diferentes parroquias y movimientos cristianos, de diferentes confesiones y diferente origen. Queríamos celebrar que, en la diversidad, somos una única familia.

En nuestra vigilia hemos puesto nuestra mirada y nuestro corazón en la realidad que viven miles de hermanos inmigrantes entre nosotros. Una realidad dura ante la cual no es posible quedar indiferentes.   Por eso, queremos que esta noche se escuche nuestra voz, clara y firme, manifestando nuestro dolor e indignación ante aquellas leyes que continúan penalizando el derecho de toda persona a emigrar. Leyes que siguen viendo a la persona inmigrante apenas como mano de obra, herramienta de trabajo que recibimos cuando nos sirve pero arrojamos fuera cuando no la consideramos necesaria.

A lo largo de los últimos años, las personas inmigrantes han sido arrinconadas en la clandestinidad, en el empleo precario y sin derechos, en la economía sumergida que sustenta nuestra economía visible. Se recrudecen las dificultades para que puedan reunir a sus familias y buscar así mejores posibilidades de vida. Muchos de ellos son detenidos durante semanas y meses en cárceles invisibles a las que legalizamos como Centros de Internamiento, sin más delito que el de no disponer de un documento cada vez más inaccesible. Muchos otros que ya habían trabajado entre nosotros, van perdiendo sus permisos de residencia al verse afectados, como tantos, por el desempleo y la inestabilidad laboral.

Con la reciente crisis económica, que nos hace daño a todos y fragiliza nuestros derechos sociales, han aumentado y se han extendido falsas imágenes, generalizaciones y prejuicios que sitúan a los inmigrantes en el lugar adonde apuntan nuestros miedos y dificultades. En vez de buscar soluciones juntos, buscamos culpables entre los que más han sufrido el peso de esta crisis. Por eso, queremos abrir los ojos ante estos prejuicios y cerrar los oídos ante quienes los utilizan y extienden públicamente para interés y provecho político o económico.

Creemos, por el contrario, que ha sido y es mucha la contribución que estos hermanos han traído a nuestra sociedad. Con su trabajo y su participación, con su presencia y sus ganas de luchar y buscar mayores oportunidades. Y porque nos ayudan a ser una sociedad más diversa, más abierta, más plural y humana.

Asumimos nuestra parte para intentar que las cosas puedan ser de otro modo. Nuestra responsabilidad para participar, junto a las organizaciones sociales, sindicatos, medios de comunicación y Administraciones Públicas, en la búsqueda de mejores caminos que puedan garantizar los derechos para todos. 

Asumimos nuestra parte también como Iglesia, llamada a ser Familia que acoge, hijos de Dios vivo y seguidores de Aquel que vino “a traer vida, y vida en abundancia”. Queremos dejarnos transformar por los hermanos que llegan, queremos abrir nuestras comunidades parroquiales a la diversidad y la pluralidad de dones y talentos. Queremos seguir siendo Iglesia que acoge, fortalece y levanta, que denuncia y propone.

Esta es nuestra esperanza y nuestro compromiso. Seguir trabajando en el día a día, desde nuestras familias y nuestro trabajo; desde nuestras organizaciones y nuestros barrios; desde nuestras comunidades y nuestras parroquias para vivir, en plenitud, como una única familia humana."

Autor: diocesismalaga.es

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