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Domingo 19 de octubre: DOMUND

Publicado: 15/10/2008: 457

•   En plena crisis, nuestros hemanos más pobres nos llaman

El penúltimo domingo de octubre se celebra en la Iglesia Universal el Domingo Mundial de la Propagación de la Fe (DOMUND).

Una jornada que tiene como objetivos animar y fomentar el espíritu misionero en las familias, las comunidades cristianas, los centros docentes, etc.; conseguir fondos para ayudar a los misioneros (religiosas en su mayoría) en su trabajo evangelizador; promover la cooperación espiritual entre los cristianos; y suscitar y acompañar a las vocaciones misioneras.

Las parroquias, los colegios e institutos, las hermandades y cofradías, los sacerdotes, los religiosos y las religiosas, los profesores, los catequistas y muchas personas particulares de la diócesis recaudamos el año pasado, en esta campaña, más de 380.000 euros, que se enviaron a la Delegación Nacional de las Obras Misionales Pontificias.

Este año, el ejemplo misionero de Pablo nos guiará en nuestra generosidad, de la misma forma en que guía, diariamente, a los 200 misioneros malagueños que están entregando su vida, como san Pablo, entre los más pobres. Conozcamos uno de esos testimonios y no olvidemos que se necesitan misioneros, pues servir a los pobres es camino de alegría.

Zimbabwe es mi nuevo hogar

Confidencias de un hermano misionero claretiano a su hermana

Hace 40 años que un joven, humilde y sencillo matrimonio natural de la Viñuela vio nacer a su primer hijo, al que pusieron por nombre Antonio, como su padre. Me van a permitir que se lo presente hoy a ustedes, queridos lectores, pues ese niño es hoy día Misionero Claretiano en las tierras africanas de Zimbabwe, y tengo el placer de ser su hermana. Uno de los muchos días felices de nuestra familia fue la ordenación sacerdotal de Antonio, hace 14 años. Ese día comenzaba formalmente la vida en otra familia, la Claretiana, con domicilio en todo el mundo, por su carisma misionero. Como afirma Antonio “se echan en falta la tierra y la familia propia, pero lo que te hace superarlo es, como dice el Evangelio, la gente que encuentras donde vas, que son tu nueva familia, y que Dios se hace cada vez más presente en nuestra vida”. De hecho, en los momentos de dificultad, a quien primero acuden es a la propia comunidad.

El lema elegido para la campaña es “Como Pablo, misionero por vocación”. Así se siente también Antonio porque “ser misionero es una experiencia de seguimiento de Dios misericordioso, es una experiencia entre estar llamado y estar enamorado. Es una relación de amor con Dios tan fuerte que te engancha y te hace superar las pruebas para que la llamada sea de por vida”.

Antonio conoció a los Misioneros Claretianos porque fueron los que pusieron en marcha la parroquia de la barriada que lo vio crecer en estatura y en fe, El Tarajal. Y le atrajo el estilo de hacer pastoral de estos hombres entregados a Dios y a los hermanos. Después, “una vez que estás dentro, en los años de formación, te va gustando aún más el estilo de comunidad y de trabajo en equipo de la congregación, y el estilo mariano de poner en cada cosa el corazón”.

Desde que recibió la ordenación sacerdotal, hace 14 años, Antonio ha tenido como destino Argentina, la Pastoral de Juventud de la Provincia Bética, Chicago y Zimbabwe, desde enero de 2002. Un país que ha sido “el granero de África”, y que se ha convertido en el país con la inflación más alta del mundo y de la historia del capitalismo, entrando a formar parte del “club de la miseria”, es decir; el grupo de países que se han estancado en la miseria y no ven el camino de salida. No fue Antonio quien eligió ninguno de sus destinos, sino que “es una misión de la familia de la congregación claretiana, a ella te envía tu familia y uno siempre está a disposición de las necesidades”. Por eso, “a pesar de la pobreza, el hambre, y los problemas políticos, lo que me mantiene allí es la fidelidad a la vocación y a la misión encomendada, y el compromiso que he adquirido con mis hermanos africanos. No se trata de ser protagonistas entre los pobres, sino de hacer una opción con los pobres por Cristo”.

En este día del DOMUND, en que uno de los objetivos es recaudar dinero para proyectos de desarrollo en todo el mundo, Antonio nos recuerda que “la tarea del misionero, como la de todo cristiano, es la búsqueda del Reino de Dios, un reino de justicia, paz e igualdad. Ninguno de nuestros proyectos es ateo, sino que en todo lo que hacemos, ya sea una reunión de catequistas, un pozo, o una reunión de jóvenes sobre el sida, buscamos a Cristo y su justicia”.

Seis son los Misioneros Claretianos presentes en Zimbabwe, dos de ellos malagueños. Están trabajando en tres parroquias. Dos son rurales y están formadas por 120 pequeñas comunidades de entre 15 y 30 personas, que comparten la fe y celebran cada domingo la Palabra de Dios, tengan o no tengan sacerdote con ellos. La tercera parroquia se encuentra en la periferia de la capital, Harare. Unas 400 personas, en su mayoría obreros, acuden cada domingo. La extensión de la misión es tal que un sacerdote necesitaría 4 meses para recorrer todas las comunidades. La jornada comienza sobre las 6 de la mañana y concluye sobre las 9 de la noche, aprovechando las horas de luz, ya que la luz eléctrica no existe. Y la alimentación se basa en la sadza, una especie de polenta o gacha, que se toma con carne y verduras.

Autor: Revista Diócesis

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