NoticiaActualidad

Cristo ilumina la actualidad

Publicado: 16/04/2006: 517

•   El Papa destaca la valiosa aportación ética de la tradición cristiana

“El Señor no habla en el pasado sino que habla en el presente. Hoy habla con nosotros, nos da luz, nos muestra el camino de vida, nos da comunión”. Son palabras del Papa en el último encuentro con más 40.000 peregrinos, en la plaza de S. Pedro.

Agregó: “En la Iglesia, el Señor sigue siendo nuestro contemporáneo. La Escritura no es algo del pasado. La vida de comunión con Dios y entre nosotros, es la finalidad propia del Evangelio. La finalidad de la conversión cristiana”.

Estas palabras, que vienen siendo insistentes en los mensaje Papa, pueden ser motivo ideal de reflexión para la Pascua.

Conviene recordar que el cristianismo es siempre actual. El Señor Jesús ha resucitado y vive con nosotros, entre nosotros. El dijo: “No os dejaré huérfanos”, “Si alguno me ama guardará mi palabra y mi Padre le amará, y vendremos a él y haremos morada en él”.

No puede entenderse el cristianismo sin considerarlo de permanente actualidad; plenamente contemporáneo en cualquier momento de la historia. Ante la creciente ola laicista que se extiende por Europa, resultan c larividentes unas últimas palabras del Papa. Benedicto XVI aseguró que la tradición cristiana ofrece valiosas orientaciones éticas para la búsqueda de un modelo social que responda adecuadamente a las exigencias de la economía globalizada que vivimos y los cambios demográficos; esta tradición –dijo– “asegura el crecimiento y el empleo, así como la protección a la familia, igualdad de oportunidades; educación de los jóvenes y la atención a los pobres; se ha difundido en el viejo continente una cultura que relega las manifestaciones religiosas a la esfera de lo privado y subjetivo. Las políticas cimentadas en este fundamento –agregó– implican el repudio del papel público del cristianismo y, en general, excluyen el compromiso con la tradición religiosa de Europa, sumamente clara a pesar de sus variaciones confesionales y se convierten en una amenaza para la propia democracia, cuya fuerza depende de los valores que promueve”.

No puede existir verdadera democracia sin un orden ético que la sustente. El creciente materialismo que pone todo su énfasis en la acumulación de dinero, frente a un tercer mundo hambr iento, propicia grandes incertidumbres, como resalta el Papa.

Autor: Revista Diócesis

Más noticias de: Actualidad