NoticiaOración María Lozano: «Afirmo sin pudor mi fe cristiana» Publicado: 09/02/2022: 9167 Se llama copla María Lozano llegó a la final de “Se llama copla”, lo que la hizo popular más allá de su Málaga natal. “Salerosa, valiente y con garbo” para el jurado del popular concurso de Canal Sur TV, el 12 de marzo a las 18.00 horas dará un concierto en el Teatro Cartima de Cártama para recaudar fondos para la restauración de la Virgen de los Remedios. Esta cantaora se considera, sobre todo, una mujer de fe. «Es lo que me enseñaron de chiquitita, lo que he mamado, como decimos los malagueños, y lo que vivo, con todo lo que conlleva», afirma. Empezó a rezar en su más tierna infancia. «Mi abuela nos llevaba a Misa los sábados por la tarde a mi hermana y a mí, y disfrutábamos siendo monaguillos. Principalmente ella y mi madre son las que nos enseñaron a rezar. Orar me da paz, me calma. Sería complicado para mí vivir sin rezar. Me ayuda a terminar cada día, y antes de dormir, siempre rezo. Ya lo tengo tan asociado a ese momento antes de descansar que si no lo hago, no puedo ni conciliar el sueño», cuenta María. La artista, que sacó su primer disco en 2001, reconoce que tiene a Dios presente todos los días, desde que se levanta hasta que se acuesta. «Como todo el mundo, cuando pasan cosas bonitas le doy las gracias, o cuando algo me preocupa le pido que me eche una manita. Pero siempre lo tengo conmigo. También siento que me ayuda cuando voy a Misa y escucha la Palabra de Dios». Para rezar, el lugar favorito de María es la intimidad de su cuarto, pero también hay imágenes e iglesias que le gusta visitar. «Una de ellas es la ermita del Rocío en Huelva, porque esa Virgen es muy especial para mí». Rezando “en flamenco” La carrera de María Lozano la lleva a ser cada vez más conocida, especialmente desde su participación en “Se llama copla”. Cuenta con su propia escuela de canto desde hace más de 7 años y ganó el gestival de Andalucía en 2007. Pero esta popularidad no le supone un problema a la hora de reconocerse creyente. «Cuando te reconocen y te saludan por la calle, lo vivo como un regalo de Dios. No me cuesta decir que soy creyente en esos ámbitos, afirmo sin pudor mi fe, y si de alguna manera puedo trasmitirla, mejor que mejor», afirma. Sus oraciones favoritas son las que tiene aprendidas desde siempre: el Padrenuestro, el Avemaría y el Gloria, «que me gusta mucho, porque tiene palabras que me llegan más. Tengo la suerte también de cantar en bodas y todos son cantos litúrgicos adaptados al flamenco: el Padrenuestro por tanguillos, el Gloria por bulerías, la Comunión por fandangos… Todas esas son muy especiales».