Además, la casilla de la Iglesia permitió que la CEE pudiese donar el año pasado 6 millones de euros a los proyectos de Cáritas, así como que las diócesis pudieran financiar la estructura de las Cáritas diocesanas y parroquiales.

Al poner la “x” en ambas opciones (Iglesia Católica y fines sociales) de forma simultánea, podemos colaborar al mismo tiempo, y sin coste añadido alguno, con un 0,7% de nuestra base imponible a sostener la acción de la Iglesia y con otro 0,7% a apoyar los fines sociales que llevan a cabo Cáritas y otras muchas organizaciones que reciben fondos del IRPF.

En la actualidad, un 29% de los contribuyentes no marca ninguna casilla en su declaración de la renta. Esto significa que el importe de su asignación tributaria, en lugar de destinarse a fines solidarios, va directamente a las arcas del Estado. En el último ejercicio, quedaron si asignar 280 millones de euros en la casilla de la Iglesia y otros 222 millones en la de Fines sociales. 

En 2014, Cáritas financió 580 proyectos en las distintas diócesis con fondos procedentes de la casilla solidaria. Esos programas han permitido mejorar las condiciones de vida y la dignidad de más de dos millones de personas desfavorecidas. En Málaga, por ejemplo, se han financiado, entre otros muchos, un programa de atención socio educativa para personas sin techo acogidas en el Hogar Pozo Dulce o un proyecto comunitario de intervención con jóvenes en varias barriadas de alto nivel de exclusión.