NoticiaColaboración ¿Tareas escolares en casa? Publicado: 02/10/2013: 2164 Los deberes refuerzan los conocimientos adquiridos en el aula y por ello, deben ser apreciados como un elemento fundamental en el aprendizaje. El trabajo que los profesores mandan “para casa”, ayuda a afianzar los hábitos de estudio, mejora la concentración y la memorización y crea en el alumno la capacidad de ser más responsable de su propio aprendizaje con plena autonomía. SENTIDO COMÚN En muchas ocasiones se ha debatido con cierta polémica en torno a este tema. ¿Es beneficioso para un niño seguir trabajando cuando llega a casa? Muchos alumnos, tras la jornada escolar, asisten a diversas actividades extraescolares que les dejan poco tiempo para descansar y así poder rendir toda la semana. Sin embargo, todo tiene que realizarse con sentido común. Los deberes deben adecuarse a la edad y nivel de los alumnos. No es lo mismo un niño de ocho años que uno de doce y sus tareas irán aumentando de forma lógica. En esta labor es muy importante el papel de la familia. Para realizar correctamente las tareas no sirve cualquier sitio de la casa. El niño debe tener un lugar adecuado para la realización del trabajo con las siguientes características: un espacio fijo donde pueda sentarse cómodamente, bien iluminado, sin distracciones (televisión, móvil, redes sociales…). Debe plantearse un “horario de deberes”, así se crea una rutina diaria y se puede conjugar con las actividades de tarde que tengan los alumnos; por otro lado, al estudiante le cuesta menos trabajo empezar… También es importante la “ayuda” en casa, entendida ésta como un apoyo, haciendo al alumno responsable de su propio trabajo, es decir: le ayudamos en la tarea, pero no le “hacemos los deberes” ya que no puede reforzar su capacidad de trabajo, su disciplina y autonomía. Desde pequeños han de saber realizar sus trabajos y ejercicios sabiendo que pueden preguntar en casa pero que ellos son los últimos responsables de su propio trabajo. La corrección de estas tareas se realizará en el aula, donde el profesor dará las explicaciones pertinentes, dudas, aclaraciones, etc. Para la organización de los deberes, una manera muy adecuada para el alumno es la utilización de la agenda escolar. En ella puede anotar todas las tareas que se le pidan a lo largo de la jornada lectiva y tendrá más facilidad a la hora de sentarse a estudiar. Además, la agenda es un instrumento muy práctico también para el profesor y la familia pues se ve si el alumno está atento, ha recogido toda la información, etc. En cuanto al profesorado, y como ejercicio de autocrítica, considero que hemos de ser conscientes de que nuestra asignatura no es la única que estudian los chavales y por tanto, el trabajo en casa debe plantearse, como dije anteriormente, con sentido común; aunque a nuestros alumnos siempre les parece que “mandamos muchos deberes”. Autor: Lourdes González, profesora del Colegio Cardenal H