NoticiaLibros José Luis González: «Creo que el Opus es verdaderamente Dei» José Luis González Gullón Publicado: 15/03/2022: 12195 Entrevista El historiador José Luis González Gullón ha estado en Málaga para presentar “Historia del Opus Dei”, escrita junto al también historiador John F. Coverdale y, en la que han trabajado durante cinco años y han entrevistado a más de 200 personas en países como España, Italia, Estados Unidos, Argentina o México. Su idea de hacer el libro surgió cuando estaba preparando una clase, ¿es así? Sí, hace cinco años estaba preparando mi clase en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz en Roma, donde soy profesor de historia, y se me ocurrió la idea de convertirla en un libro. Pero como era un gran trabajo de investigación acudí a un viejo amigo historiador que vive en Nueva York, John Coverdale. A pesar de ser un gran conocedor de la Obra, se habrá llevado alguna sorpresa después de tantos años investigando ¿qué es lo que más le ha llamado la atención? Quizás lo más llamativo es ver cómo el mensaje cristiano encuentra caminos para abrirse paso a través de personas, de países y de culturas distintas. El Opus Dei nace en España en 1928, hace casi 100 años y nuestro fundador, desde el principio, tiene clara la idea de que es un mensaje cristiano universal, pero en aquel momento no tenía posibilidades económicas, ni prestigio. No en todos los sitios el mensaje ha llegado del mismo modo e incluso a veces han existido problemas dentro de la institución, pero como historiadores, pensamos que teníamos que contar todos los hitos fundamentales de la institución, los que salieron bien y los que salieron mal y ponerlos en su contexto. Tanto la gente de la Obra, como los historiadores que no tienen contacto con el Opus Dei agradecen la sinceridad de este libro. Los historiadores tenemos que contar la historia como fue. Dentro de las sombras ha dicho usted en alguna ocasión que son muy comunes las acusaciones de presunto elitismo o secretismo… Así es, nos dimos cuenta desde el principio que teníamos que afinar, porque la estrategia del hoy san Josemaría fue comenzar a difundir su mensaje entre los universitarios, los intelectuales de la época. Y en el caso de España, 30 años más tarde, el mensaje del Opus Dei se transmitía a todo tipo de personas y en cualquier tipo de ambiente social, desde las clases altas hasta las personas más sencillas, que encontraban en la Obra un camino para identificarse con Cristo. Luego la propia Obra tuvo que aprender y tiene que aprender más todavía a contar la realidad de lo que es, es decir, no quedarse solamente con grandes instituciones, como puede ser la Universidad de Navarra que es la actividad corporativa más importante o los colegios que también son importantes sino, además, contar todas las actividades que son muchas, a veces, organizadas desde la institución y en otras ocasiones hechas por miembros de la Obra. Parte de nuestro esfuerzo ha sido contar eso que existe y que tal vez no se había contado y por lo tanto podía haber dado esa imagen de elitismo. ¿Desde la perspectiva de estos 100 años se puede decir que ese sigue siendo el talón de Aquiles? Para mí, el verdadero talón de Aquiles sigue siendo el mismo que tuvo san Josemaría Escrivá de Balaguer en 1928 cuando empezó, es decir, hacer realidad la llamada a transmitir un mensaje cristiano claro. Esto significa que primero lo tengo que encarnar yo, hacerlo propio y luego transmitirlo, en el fondo es una llamada de Cristo a identificarme con Él y a darlo a los demás. Esa es la realidad del Opus Dei y, por tanto, su historia se sitúa en la historia de la Iglesia y su transmisión del Evangelio. Una vez que el Opus Dei se organiza como institución para difundir el mensaje van apareciendo otros problemas, como lo son los de organización, de dirección… que son conflictos reales y a veces complejos, pero siempre al servicio de transmitir el Evangelio. Y transmitirlo de una manera muy particular, ¿no es así? Desde el principio san Josemaría dice dos cosas: la primera, esto no me lo he inventado yo, es decir, no es una idea mía, sino que lo he recibido de Dios. Él se siente carismático, siente que ha recibido un don de Dios que tiene que transmitir. Y la segunda cosa es, tiene claro que este carisma no sirve para solucionar la situación de la España del momento, muy compleja porque tiempo después comienza la Segunda República. Ni siquiera es un mensaje para intentar cambiar la sociedad occidental que desde un punto de vista intelectual parece que se alejaba de Dios. Se trata de un mensaje universal que se tiene que transmitir a toda la Iglesia española, occidental y mundial, va más allá incluso de las categorías culturales y sociales que vive el propio fundador. Después de un siglo ¿cree que ese mensaje sigue estando igual de vivo? Pienso que incluso más que en 1928, de hecho, acabamos el libro poniendo una pregunta que de modo coloquial sería así: salgo a la calle y a la primera persona que me encuentro le pregunto: «perdona, seriamente ¿tú te sabes llamado a ser hijo de Dios, quieres identificarte con Jesucristo de modo particular a través de tu trabajo y estás alegre porque te sientes lleno de amor de Dios? », si me dice que sí, pues entonces no hace falta que le diga nada más, pero si me mira como un extraterrestre, que es lo más probable o me dice sencillamente que no, que su vida cristiana es mucho más sencilla y se limita a unas oraciones y a ir a Misa el domingo, le diré: «pues si quieres tengo un mensaje que puede acercarte más a Dios». Me parece que la actualidad del mensaje es palpitante. Soy un cura católico del Opus Dei, y como afirmó el obispo de Madrid Mons. Eijo y Garay en una carta al Abad Coadjutor de Montserrat en 1941, creo que el Opus es verdaderamente Dei, creo realmente que Dios está detrás de la Obra.