En la homilía, el obispo habló de la Cuaresma como un tiempo que «nos dispone para celebrar con fruto la gran fiesta de la Pascua; esa es nuestra meta aquí en el tiempo y en la eternidad en la Pascua definitiva. Cuaresma es tiempo de escucha más atenta y prolongada de la Palabra de Dios; es tiempo de conversión al Señor; es tiempo de abandonar los caminos que nos alejan de la Vida y de la Verdad; es tiempo de gozar de la misericordia entrañable de nuestro Padre celestial; es tiempo de reconciliarnos con los hermanos y de atender con mayor solicitud a los más necesitados».

En la Eucaristía, D. Jesús Catalá realizó el signo de la imposición de la ceniza, que en palabras del prelado «significa reconocer la propia condición pecadora y la fragilidad moral, que necesita ser redimida por la misericordia de Dios».

El obispo citó al Papa en su deseo de hacer presente «la ternura de muchas personas que se encuentran al lado de los enfermos y que son capaces de captar sus necesidades, porque miran con ojos llenos misericordia».

Para responder a esta exhortación, D. Jesús anunció el “Gesto diocesano con los enfermos” al que se invita a todas las parroquias y comunidades, y que tendrá lugar el 21 de febrero. «Consiste en visitarlos y orar por ellos -explicó el obispo.- Todas las parroquias de la Diócesis malacitana nos uniremos en el mismo día para realizar este hermoso gesto».