NoticiaActualidad Una noche mágica Publicado: 22/06/2010: 1373 La noche del 23 de junio se celebra el solsticio de verano, la que se dice la noche más corta del año, la fiesta de San Juan. Noche con la que comienza una jornada en la que se celebra el nacimiento de Juan Bautista. Noche de rituales, magia y fabulosas leyendas en torno al fuego. El simbolismo que encierra esta celebración nos descubre sus raíces y cómo a través de la historia se ha ido enriqueciendo por las diferentes culturas y etapas históricas. Si nos paramos a pensar en cada uno de los rituales que llevamos a cabo durante esta noche podemos observar cómo se unen costumbres paganas con cristianas en una interesante simbiosis. Se ahuyentarán los malos espíritus y se purificarán las almas con ayuda del fuego. Se rinde culto al sol en las fogatas, donde se queman los deseos esperando que se cumplan, se salta tres veces la hoguera para tener un buen año o, en cambio, se camina sobre las brasas, dependiendo del lugar donde se esté. El hecho de que esta celebración sea el mismo día en el que se festeja el nacimiento de San Juan Bautista no es coincidencia. El agua y el sol se unen para actualizarnos la figura del pariente de Jesús de Nazaret. Por una parte, quien bautizara al propio Jesús siempre ha sido relacionado con el agua y las propiedades de ésta. De ahí la creencia de que a media noche las aguas se tornan bendecidas y adquieren poderes especiales para curar enfermedades, purificar el alma o alejar todo lo malo. Por ello la costumbre de ir a la playa y justo a las doce de la madrugada sumergirse. Quizá un recuerdo del bautismo que predicase Juan. Y por otraparte, cabe destacar también que el día de San Juan, el día de más luz solar, nos presenta de nuevo el cántico de Zacarías, padre de Juan Bautista. El himno del Benedictus asocia a Cristo con el sol: "Nos visitará el sol que nace de lo alto para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombras de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz". Autor: diocesismalaga.es