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Estas religiosas llevan cien años «bajando a la calle»

Publicado: 04/10/2024: 1150

Misioneras Cruzadas

Las Misioneras Cruzadas de la Iglesia, presentes con un colegio en La Palma-Palmilla y la casa de espiritualidad “Villa San Pedro” abren los actos del centenario de su fundación con una Eucaristía el 14 de octubre a las 10.00 h. en San Pio X.

Hace un siglo empezaba en Bolivia y se extendía por Argentina, Uruguay y España la labor de Nazaria Ignacia March. Araceli Guardegno, consejera de Evangelización y miembro del equipo de los actos del centenario de esta congregación, la define como «una mujer apasionada por Jesús y por su reino, que, desde la experiencia de Dios Amor para todos, descubre una realidad llena de injusticia social y de falta de dignidad en el hombre y la mujer de su tiempo. Para ello, quiere bajar a la calle, llegar al nivel del ser humano, acompañarle, desde una educación integral, para recuperar esta dignidad».

Suyapa Urbina, superiora de la comunidad de La Palmilla, narra que «muchas personas están participando en esta celebración, principalmente seglares que tienen clara la competencia que les toca realizar y están muy implicados. Se está dando mucha difusión al carisma y vida de santa Nazaria, en todos los lugares donde estamos presentes, Bolivia, especialmente, por ser cuna de nuestra congregación, pero también en todos los rincones donde estamos, muchos escondidos,  de nuestres misiones, desde las montañas más lejanas hasta las ciudades. En las escuelas y comunidades lo estamos queriendo vivir con mucho agradecimiento al Señor y gran esperanza por estos cien años de vida, de carisma, de ilusión, mirando el futuro con pasión y abiertas para vivir lo que es la misión compartida: todos juntos compartiendo el pan en una misma mesa, como quería Nazaria. Seglares y religiosos, viviendo en sinodalidad, en familia, de piertas abiertas para seguir contruyendo el Reino en medio de este mundo que sufre. En medio de ese mucho dolor, queremos vivir desde esa contemplación de amor, siendo alegría para los tristes, luz para los que lloran, y hacerlo con gozo y agradecimiento».

En Málaga, una de sus principales misiones se encuentra en el colegio, uno de los que tiene mayor número de estudiantes en exclusión social de Andalucía. El papa Francisco insiste siempre en que no robemos la esperanza a los jóvenes, y es lo que impulsa a profesores como Carlos Fernández. Él es jefe de estudios y tutor de sexto de Primaria, y lleva 25 años en el colegio, por lo que conoce muy bien esta realidad. «Dificultades en el barrio hay muchas, empezando por el absentismo, que es consecuencia de que muchas familias no se crean aún que la educación es la manera de romper el ciclo en el que algunos se ven envueltos. El nivel de agresividad verbal y no-verbal ha subido en los últimos años. La burocracia, la falta de personal, la ratio muy elevada, la no escolarización de los niños en infantil, son algunos de los problemas que tenemos que combatir», explica.

Son el rostro de lo que enfrentan a diario desde colegios como este, en barrios con un altísimo índice de exclusión. En este colegio del barrio de Palma Palmilla tienen 315 alumnos, y a cuarto de Secundaria suelen llegar unos 20 de los que se gradúan aproximadamente la mitad. La mayoría de ellos sigue su formación con un Grado Medio y sólo uno o dos, como Araceli, hacen Bachillerato. Sin embargo para el equipo docente, el éxito sigue estando en bajar a la calle, en estar a su lado y apostar por ellos, como explica Carlos. «Primero con ilusión y luego apoyándonos en esas dificultades que nos encontramos. Tratamos de ir todos a una para poder conseguir algún fruto con nuestras niñas y niños. Muchas veces parece que no vemos esos frutos hasta que algunos se gradúan en cuarto de ESO. Sí conseguimos un cariño y unos abrazos que en otros ambientes no se dan».

La directora del colegio, Pepi Ruiz, explica que están viviendo «estos momentos tan importantes para la comunidad de las Misioneras Cruzadas con mucha alegría y entusiasmo. Damos gracias por la trayectoria de los misioneros en estos 100 años dejando su huella en tantas misiones como tienen por el mundo, con los más desfavorecidos. Como educadores, queremos seguir con el sueño de Nazaria, que era levantar la dignidad del más pobre. Desde nuestra comunidad de La Palmilla, nuestros pobres son nuestros alumnos. Queremos hacer partícipes a todos, alumnos, familias y profesores de estos momentos. Para ello, hemos iniciado el curso con una convivencia entre profesores donde hemos trabajado y hemos reflexionado sobre nuestro lema, que este curso se llama "Dejando Huella". Además, en estos días nos encontramos viviendo las convivencias con el alumnado, donde se está recordando la figura de Nazaria y su labor. El 12 de octubre vamos a tener un día de encuentro con las familias, sus hijos y con toda la gente del barrio donde vamos a contar distintas experiencias y también a tener una comida compartida. Y el 14 de octubre vamos a tener la Eucaristía, dando gracias por este momento y por haber llegado a donde nos encontramos ahora mismo».

Araceli entró al colegio de las Misioneras con 7 años y ahora tiene 16, se ha graduado y va a empezar Bachillerato. Gracias a la educación que ha recibido, se atreve a soñar con el futuro: «Mis sueños en general son viajar por el mundo, aprender nuevas habilidades, encontrar una carrera que me apasione y conocer mucha gente. Mi colegio me ha ayudado de muchas maneras. Me ha proporcionado un amor incondicional y me ha enseñado muchas capacidades importantes, como por ejemplo trabajar en equipo, resolver problemas y en el ámbito de la comunicación. Además me han tratado con mucho cariño y me he sentido muy acogida en este colegio», afirma.

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Ana María Medina

Periodista de la diócesis de Málaga

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