NoticiaCoronavirus «Rezar por los difuntos es un gesto de amor hacia ellos» Publicado: 26/06/2020: 25272 Este viernes, 26 de junio, la Catedral de Málaga ofreció una Eucaristía funeral por el eterno descanso de los difuntos víctimas del Covid-19, y para que el Señor conceda consuelo en su dolor y esperanza a sus familiares. Este mismo día, todas las parroquias de Málaga y Melilla celebraron su Eucaristía Funeral por los fallecidos. La ceremonia, a la que asistió una familia en representación de las que han perdido algún ser querido por coronavirus en los últimos meses, estuvo presidida por el obispo de la diócesis, Jesús Catalá y pudo seguirse en directo por Canal Málaga y PTV Televisión. Entre las 230 personas que acogió la Catedral, por las limitaciones de aforo, se encontraban el alcalde Málaga, Francisco de la Torre; la delegada del Gobierno andaluz en Málaga, Patricia Navarro; el subdelegado del Gobierno en Málaga, Teófilo Ruiz; el diputado de Cultura, Víctor González; el portavoz socialista en el Ayuntamiento, Daniel Pérez; el diputado del PP por Málaga, Pablo Montesinos. Junto a ellos, asistieron representantes de los diferentes movimientos y asociaciones de las Diócesis de Málaga, así como la directora gerente del Hospital Regional, María del Mar Vázquez, con una amplia representación de la dirección hospitalaria de la provincia. Así como representantes de la Agrupación de Cofradías y de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Además de representantes de los diferentes partidos políticos presentes en el Ayuntamiento. Durante la Eucaristía hubo palabras de agradecimiento para tantas personas que han trabajado sin descanso entre ellos, el personal sanitario, los centros asistenciales y las residencias de ancianos, así como, médicos, enfermeros, auxiliares, celadores, investigadores, voluntarios y cuidadores. Durante la homilía D. Jesús Catalá recordó que «es un acto de amor rezar por los difuntos, porque pedimos que el Señor los acoja en su reino de amor, de paz y de misericordia. Queremos para ellos lo mejor, la felicidad plena, eterna». Y explicó que «donde no pueden llegar ni la ciencia ni la técnica, porque hay una barrera infranqueable, que se llama muerte, llega el amor de Dios, llega Cristo Resucitado que acoge al que muere para llevarlo a la morada eterna, y ese umbral hay que pasarlo». Mons. Catalá concluyó su homilía pidiendo que «no tengamos miedo, que la fe, el amor y la esperanza en la Resurrección nos ayudan a relativizar la muerte, que es la puerta que nos abre a la eternidad y al encuentro con Dios». Homilía íntegra Se ha pedido también por los militares, guardias civiles, policías y fuerzas del orden público, así como por los miembros del sector de los servicios, de la alimentación y de la información, ya sean, transportistas, personal de limpieza, agricultores, trabajadores de supermercados, panaderos, periodistas, etcétera. A todos ellos se ha querido tener presente en esta Misa Funeral, en la que también se ha tenido un recuerdo para las personas que no tienen trabajo, o lo ven peligrar, por causa de la pandemia. En este sentido, también se ha querido que esta Eucaristía sea señal de esperanza en la vida eterna y de esperanza por el fin de la pandemia; así como de acción de gracias a Dios por el trabajo y el sacrificio de tantas personas que han luchado y luchan contra esta calamidad. JORNADA POR LOS AFECTADOS DE LA PANDEMIA D. Jesús Catalá recordó que la Diócesis de Málaga se une a la Jornada por los afectados de la pandemia, propuesta por la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal y que tendrá lugar el domingo 26 de julio, fiesta de San Joaquín y Santa Ana, patronos de los ancianos, sin duda el grupo social más golpeado por la enfermedad.