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La parroquia de San Sebastián lanza una canción original

Publicado: 10/06/2020: 22261

En la desescalada, algunos miembros de la comunidad han compuesto una canción para invitar a la esperanza, titulada “Todo lo puede el amor”, que han grabado en un videoclip coral en el que también participa el propio párroco, Reinaldo Aguilera.

La parroquia de San Sebastián, en Alhaurín de la Torre, se ha mantenido unida durante el estado de alarma gracias, entre otras cosas, a las nuevas tecnologías, que les han permitido participar de la Eucaristía desde casa.

Este tiempo provocado por la pandemia «ha sido un tiempo de gracia, porque incluso aquellas personas que no solían coincidir, por participar en celebraciones a distinto horario, se han sentido más cerca unos de otros, se han estrechado los lazos», explica Aguilera. «Algunos de ellos, especialmente de los coros, se pusieron en marcha en este tiempo de desconfinamiento para grabar juntos una canción, como han hecho muchos músicos en este tiempo. Y todos se animaron. El músico Francisco Salado aportó la base musical, y la composición ha sido muy participada, actualizándolo a la realidad concreta de la parroquia». La letra es obra de Begoña Díaz Casado, María Luisa Carrasco Lozano y Francisco Salado Rando, y la edición y el montaje son de Alfonso Morales Fabián.

Los salones parroquiales se convirtieron en estudio de grabación improvisado, acogiendo a los “cantantes” ya cuando las condiciones lo han permitido, y a la grabación de la canción ha seguido el videoclip, donde se pone rostro a las distintas realidades de la parroquia, incluido el sacerdote. «Me dijeron que participara, y como siempre me ha parecido una idea estupenda, al final me liaron incluso para cantar», explica el párroco.

El vídeo se difunde por redes sociales y el deseo de esta comunidad es que sirva para «tener memoria y no olvidar, valorar lo intangible, que damos por seguro y accesible, y dejamos de valorar: un abrazo, un beso, pasear. Dios nos da millones de regalos diarios, ojalá no lo olvidemos», resume María José, cateqiuista, estudiante de Teología y miembro del coro infantil.
 «Ha sido un motivo de esperanza, de romper de alguna forma con el aislamiento y sentirnos más unidos», explica José Manuel, del coro de la tarde de los domingos. «Nos hemos visto superados por una situación que nunca creíamos que iba a pasar, y esto ayuda a verlo como motivo de superación, amor y esperanza», apunta Yolanda, catequista y perteneciente al coro de los domingos por la mañana. Oliva, del coro del sabado por la tarde y miembro de MIES, explica que esta canción «expresa cómo nos hemos sentido e invita a que recobremos el sentido de que todo viene para dar vida, amor y esperanza, abriendo los ojos a la realidad, que es cruda pero a la vez sanadora». «Me ayudó a compartir la montaña rusa emocional en la que estaba inmersa, comprender que todos estábamos igual, y a tener la confianza y la certeza de que Dios no me abandona, sino que me ayuda a crecer. Crear algo bonito y con sentido cristiano con el resto de coros ha sido precioso porque lo hemos hecho apoyándonos en nuestros hermanos, trabajando la esperanza, la paciencia», añade María Luisa, de Cáritas, estudiante de Teología y comprometida, también, con el coro de los domingos por la mañana. Begoña, del coro del sábado y de los grupos de fe de la parroquia, confiesa que «esta experiencia ha servido para sentirnos en comunión con todos aquellos que han vivido y experimentado estos mismos sentimientos, pero no han podido expresarlos». El autor de la base musical, Francisco Salado, explica que «la canción fue, en cierto modo, continuar con el servicio de llevar a la comunidad parroquial la Palabra, la celebración de la fe, poner esta experiencia en letra y música desde la fe, con una perspectiva de esperanza y confianza en el género humano, así como de fe en Dios, que nos acompañaba en esta situación». Salado forma parte del coro de los sábados, es miembro de MIES, y trabaja con jóvenes en la parroquia y en la barriada de Torrealquería. «Y el objetivo era hacer todo eso con música y con la suficiente dignidad para que cualquier persona pudiera escucharlo».

Ana María Medina

Periodista de la diócesis de Málaga

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