Según nos explica la propia autora: «Cristo resucitado presenta un rostro amable y acogedor y se entrega en el principio de un abrazo. Uno de sus pies se mantiene firme y vertical hacia el Padre, y el otro avanza caminando siempre hacia delante. Mantiene las llagas de la Pasión sufrida por nosotros, pero no son lo principal a nivel visual. Las manos son lo más importante: su mano izquierda, con la palma abierta, señala el lugar donde se colocará la futura Imagen de la Virgen, que quedará a ese lado del templo, como camino a seguir para cualquier cristiano para llegar hasta Él; y su mano derecha señala con firmeza al Sagrario, para que no adoremos la escultura que contemplamos, sino que su presencia real entre nosotros está precisamente allí, dentro de ese Sagrario, tan vivo y presente que llega a mover todo el muro que está a su alrededor, como podemos contemplar en la capilla que realicé hace ya unos meses». 

La imagen de Cristo tiene tres metros de alto y ha tenido un proceso de creación siete meses. Está hecho en resina epoxi de dos componentes, con propiedades de madera, tallado y policromado. Para Marina «ha sido un privilegio grande, tanto a nivel artístico como de fe, ya que he tenido la oportunidad de transmitir mediante esta imagen lo que vivo desde mi fe, sintiéndome un medio de Dios para que quien contemple este Cristo pueda llegar a Él».

Marina estudió Bellas Artes en Sevilla y a su regreso creó un taller de restauración y clases de pintura en Ronda. Ha restaurado varias imágenes y cuadros en diversos lugares de la Serranía y la Axarquía. En el templo de San Rafael, además el Cristo, ha realizado la capilla del Sagrario, el sagrario, los motivos de las vidrieras, el altar, la palabra, el cirio y la pila bautismal. «He tenido la oportunidad de hacer algo en mi propia tierra y en el barrio donde me crié», señala Marina. 

El Sr. Obispo, D. Jesús Catalá, ha estado implicado en dicho proyecto desde el primer momento. Según explica la autora, «me entrevisté con él para exponerle la idea que tenía para la Imagen, y luego le fui mandando bocetos hasta dejarle en el despacho una escultura a escala del Cristo ya terminado, a la cual dio el visto bueno para que la hiciera».

La imagen fue presentada en la parroquia el pasado 4 de mayo, en un sencillo acto, en el que se descubrió al final de la Eucaristía parroquial. «Todos juntos rezamos una oración a sus pies y finalmente expliqué a los feligreses el sentido de la Imagen», añade Marina. La bendición de la imagen tendrá lugar en la celebración de consagración y dedicación del templo, que está prevista para dentro de unos meses.

El párroco de San Cristóbal y San Rafael, José Luis Pastor, que también es el arcipreste de la zona afirma que este nuevo templo supone «un nuevo impulso para Ronda y el arciprestazgo. Un lugar que representa un nuevo estilo de evangelización, que recoge el pasado de San Cristóbal y lo lanza al futuro por el lugar donde sigue creciendo esta parroquia y Ronda. Para el arciprestazgo supone un lugar de reunión para el equipo sacerdotal, la Comisión de Juventud y otras comisiones que se irán sumando. Es un nuevo lugar que pretende responder al futuro y aunar en el presente».

Un templo en el que ha participado todo el pueblo, José Luis Pastor destaca que «hasta en la creación de sus imágenes. Poco a poco se va acercando la gente a verlo, y a disfrutarlo. Tengamos una cosa en cuenta las futuras generaciones entenderán la fe desde lo que aquí contemplen», añade.

El nuevo Cristo resucitado es una de las imágenes que más llaman la atención de quienes se acercan al templo. Es una «catequesis sencilla que es lo que buscamos para este barrio de San Rafael, no tiene mucho misterio, Cristo está presente en este lugar y con la mano extendida hacia ti esperando a que te agarres», explica el párroco. Un templo más en la Iglesia de Málaga para que Ronda lo disfrute y lo utilice, pero en el que todavía hace falta colaborar, tanto económicamente como personalmente, para mantenerlo y pagarlo.