NoticiaLiturgia Domingo de las tentaciones Publicado: 10/03/2014: 13956 Antonio Collado, vicario de la promoción de la fe y párroco de San Juan Bautista de Málaga, nos acompaña en el ejercicio de la Lectio Divina con el Evangelio de este domingo, primero del tiempo de Cuaresma. HAGO SILENCIO. La semilla de la Palabra de Dios tiene una virtualidad infinita, todo depende de dónde cae; para que llegue a mi corazón y en él arraigue es necesario que yo me sitúe al nivel más profundo que pueda, para ello necesito del silencio. El silencio es el aliento de mi ser más auténtico, el lugar donde nunca dejo de ser lo que soy: criatura de Dios, su imagen, su hijo. LECTURA (LECTIO). Leer un texto de la Sagrada Escritura requiere unas actitudes concretas: fe, respeto, apertura, acogida; para no manipular el mensaje. S. Efrén decía: «Antes de la lectura, reza y suplica que Dios se te revele. Señor, haz que vea. Abre mis ojos y mi corazón». Ahora leo con atención y poniendo en juego todo lo que soy y tengo. El Señor me habla personalmente. MEDITACIÓN (MEDITATIO). El Evangelio de las tentaciones es lectura obligada en cada primer domingo de Cuaresma. Después de la proclamación solemne de Jesús como Hijo de Dios en su Bautismo (Mt 3, 17) viene el contraste de las tentaciones que ayuda a interpretar teológicamente el mesianismo de Jesús. ¿Dónde tienen lugar las tentaciones? ¿Quién conduce a Jesús hasta allí? Se nos relata que no es Satanás; no hay ninguna encerrona; sino el Espíritu que ha descendido sobre Jesús en el bautismo, quien lo lleva hasta allí, por tanto es algo que responde misteriosamente al plan de Dios. Es evidente que nos encontramos ante un relato cargado de simbolismos: “cuarenta días”, “ayuno-hambre”, “poner a prueba”. Si lees Dt 8,2-5 comprobaras en qué acontecimiento del A.T. está pensando el evangelista. Hay un paralelismo con la experiencia de Israel “cuarenta años”, “puesto a prueba”, pruebas en las que el pueblo su- cumbió (Ex 16; 17,1-7; 32); en cambio Jesús “el Hijo de Dios”, se enfrenta al mal y lo vence en su propio terreno. Que suceda tres veces, número que indica totalidad, significa que las tentaciones del desierto no son un hecho aislado en la vida de Jesús; sino un resumen de las que sufrió en su vida y sobre todo en su Pasión. ¿Con qué palabras rechaza cada una de las tentaciones? Si consultas las notas de tu Biblia, descubrirás lo que tienen en común todas sus respuestas. Jesús cita las Escrituras (Dt 8,3; 6,16; 6,13) porque no está dispuesto a plegarse a la voluntad del diablo, sino sólo a la de Dios expresada en su Palabra. Ser hijo no será para Él una plataforma desde donde ejercer el poder económico (panes), religioso (templo) o político (los reinos del mundo). Jesús se niega a ser ese Mesías que muchos esperaban. Sus credenciales como Hijo de Dios serán la fidelidad y la obediencia. No realizará milagros para hacerse propaganda, sino para expresar la compasión de Dios hacia los necesitados. La lógica de su vida estará guiada por el servicio y no por la idolatría del poder. Lee Mt 16,1-4; 21-23 y 26,51-54 y comprobarás que Jesús actuará siempre en total coherencia con las opciones que se reflejan en su rechazo a las tentaciones. ORACIÓN (ORATIO). Ahora es tiempo de fijar en la mente y conservar en el corazón la Palabra, para llegar así no a la discusión, no a las sensaciones, sino a la oración; a ese encuentro personal e íntimo “con el amigo que sabemos que nos ama”. Me dejo llevar por el Espíritu. ¿Cómo entiende Jesús su condición de Hijo de Dios? ¿Qué me enseña este pasaje sobre su persona y su relación con el Padre? CONTEMPLACIÓN (CONTEMPLATIO). Todos mis esfuerzos han sido sólo preparación para este momento, donde en presencia del Señor y con el deseo de encontrarme con Él, después de escuchar su Palabra, me adentro en el Misterio insondable de Dios que me acoge en su amor. COMPROMISO (ACTIO). Compromiso (Actio): Jesús se identificó con nosotros hasta el punto de “ser puesto a prueba” ¿Qué dimensiones de mi relación con Él quedan iluminadas y potenciadas al leer este relato? ¿Qué tentaciones amenazan mi coherencia de vida cuando trato de vivir como hijo de Dios en la línea en que lo hizo Jesús? ¿Qué puedo aprender de la actitud de Jesús ante las tentaciones? Autor: diocesismalaga.es