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Participantes del Lázaro nos cuentan su experiencia

Participantes del CTL en el Hogar Pozo Dulce. Brenda Dafnos y Francisco Quero, entre ellos (primera y tercero de la izquierda)
Publicado: 17/07/2017: 8712

Los jóvenes son nuestra esperanza, nuestro futuro. Ellos aportan a la Iglesia energía, ilusión y entusiasmo. Crear espacios en los que puedan compartir experiencias, oraciones y reflexiones es parte fundamental de nuestra acción y una gran riqueza para todos los que formamos Cáritas. Por esta razón, hemos querido que algunos participantes nos cuenten lo que el Campo de Trabajo Lázaro ha supuesto para ellos.

“Vengo desde Cartagena acompañada de otras tres chicas, dos de Murcia y una de Cartagena. Queríamos conocer cómo se trabaja aquí para poder trasladarlo en el futuro a nuestra diócesis y la verdad es que me está impactando mucho porque el Lázaro nos muestra una realidad muy distinta que no tenemos la posibilidad de ver todos los días. Es una manera diferente de acercase a los más pobres”. María Berruezo

“Soy de Vélez Málaga y pertenezco a la parroquia de San Juan. Es la segunda vez que participo en el Lázaro y estoy siempre muy conectado a todo lo que organiza la Delegación de Juventud. En esta ocasión, estoy acudiendo por las mañanas a la barriada de Asperones. Allí disfruto mucho de los niños y su alegría. Me parece increíble que, en medio de una realidad tan complicada, que a cualquiera le parecería injusta, ellos sean tan felices y nos muestren siempre su mejor sonrisa. Es una gran lección para todos los que vivimos más cómodamente”. Pablo Domínguez

“Pertenezco a la Comunidad Assís. Soy monitora en el campo de trabajo y vengo acompañada de un grupo de siete jóvenes de esta asociación que se encuentra en Benalmádena, Fuengirola, Arroyo de la Miel y Torremolinos. Llevo muchos años participando de distintas formas de esta iniciativa. El objetivo es que los jóvenes a los que estamos acompañando durante todo el año en las parroquias, tengan un encuentro intenso tanto con los pobres como con la oración, enlazando el compromiso, con la espiritualidad. Para conseguirlo se realizan muchas actividades y, además, muy variadas”. Gloria Lara

“Soy de Álora y he venido con otros tres jóvenes de mi parroquia. Es la primera vez que participo y me está resultando una experiencia muy enriquecedora. No es lo mismo ver las cosas desde fuera que meterse dentro, implicarse. A los jóvenes que aún no han participado, les diría que se animasen porque esto sirve para valorar más muchos aspectos de la vida y darte una visión diferente”. Brenda Dafnos

“En los seis años que llevo participando, he estado en distintos centros, siempre con menores, salvo una vez que estuve con personas mayores. Esta es la primera vez que estoy con personas sin hogar. En el Hogar Pozo Dulce me he encontrado con una casa completamente distinta a lo que esperaba. Me ha sorprendido, por un lado, que sean tan alegres y, por otro, que haya tan buen ambiente y la convivencia sea tan agradable. Todos los jóvenes deberían animarse a participar del campo de trabajo, al menos una vez en su vida, porque es una experiencia muy enriquecedora, que hace mella en el corazón y aporta una nueva visión de la vida mucho más real”. Francisco Quero

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