NoticiaEntrevistas Adolfo Chércoles sj: «No necesito indignados, sino arremangados» Adolfo Chércoles // A. MEDINA Publicado: 20/02/2017: 16635 Adolfo Chércoles sj (Carmona, 1936) ha acompañado a los sacerdotes malagueños en una tanda de Ejercicios Espirituales. Desde 1979 imparte también formación sobre las Bienaventuranzas, algo que le sigue seduciendo, porque “encuentro cada vez más verdad en ellas”. ¿Bienaventurados es sinónimo de felices? Bienaventurados es más que felices, porque mira al futuro. El feliz es en el momento y bienaventurados viene del latín venturus, “lo que está por venir”. El domingo por la tarde, ya no lo disfrutamos, “porque mañana es lunes”. ¡Pero si todavía es domingo! Y es que una felicidad sin futuro no es felicidad. Por eso, lo que las Bienaventuranzas ofrecen es para adelante, aunque a lo mejor en este momento tengas que sufrir. ¿Son las Bienaventuranzas el programa de Jesucristo? Son el programa del ser humano, porque cada bienaventuranza toca un problema que lo tiene cada persona, de cualquier edad, cultura o religión. Ante esos problemas, las Bienaventuranzas avisan de las trampas que llevan consigo, preguntan “¿qué te parece?” y hacen una propuesta de acción ante la que plantean “¿quieres?”. Porque ese problema no se va a quedar sin respuesta, y no es lo mismo darle una que otra. Por tanto es un programa para todos, y como hagas lo contrario, te metes en callejones sin salida. ¿Son una utopía? Las Bienaventuranzas parten de la realidad, porque las fantasías son infinitas y vete tú a saber en qué terminan. La mejor definición que he oído yo de la inteligencia es de Zubiri, y dice que es “la capacidad de hacerse cargo de la realidad”. La realidad no está resuelta pero está ahí, y hay que darle una respuesta. Si sales corriendo, si le das la espalda, si caes en el pecado del “habriaqueísmo” que dice el papa Francisco (las personas que van por la vida diciendo “habría que...” pero no hacen nada, embarcan a todos en fantasías pero no se mueven)... ¡Arremángate y dale una respuesta! ¡Sé inteligente y libre! Eso quieren las Bienaventuranzas. Son la antítesis del populismo... El populismo tiene el triunfo asegurado de antemano porque es regresivo, infantil, muy a lo inmediato, a la pataleta. Yo no necesito indignados, necesito arremangados en la vida. Mira, ahí está Trump, ¡y lo hemos subido nosotros! Por eso a mí en la palabra democracia no me preocupa la cracia (el poder), porque siempre va a haber alguien que lo ejerza. Lo que me preocupa es el demos (la gente) porque ¡ay de nosotros si elegimos desde la inmediatez, el capricho y no desde lo que debería ser, el bien común!