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Unas monjas peregrinas

Publicado: 06/06/2011: 2867

La historia de las capuchinas en nuestra diócesis ha estado marcada por la oración y también por el continuo cambio de ubicación de su convento. Las monjas capuchinas que tienen por fundadores a san Francisco de Asís y santa Clara surgen de una rama de las Pobres Clarisas de la Primitiva Observancia; su fundación se realiza en Nápoles en 1538 por la venerable María Laurentia Longo (1463-1542), quien curada de una grave enfermedad, abrazó la regla de las religiosas terciarias de San Francisco.

En 1530 estableció un convento en la misma ciudad de Nápoles, dirigido por los padres teatinos, a quienes posteriormente sustituyen los padres capuchinos, que aconsejaron a las religiosas dejar la regla de la Tercera Orden y tomar la de las Clarisas de la Primitiva Observancia. El 19 de febrero de 1535 el Papa Pablo III dio la aprobación canónica de la fundación, que se proponía llevar a cabo la noble viuda María Laurentia Longo, de un monasterio en que se observara la regla de santa Clara. El mismo pontífice, con fecha del 10 de diciembre de 1538, reconocía la nueva fundación como “monasterio de estrecha observancia de la orden de Sta. Clara” y, a petición de la fundadora, la confiaba al cuidado de los hermanos menores Capuchinos. Desde entonces se llamaron Capuchinas y tomaron el hábito de éstos. Su modo de vida era de lo más austero, vivían en la más rígida pobreza, se alimentaban de pan, agua y verduras, y vestían un sayal negruzco con cinto de cuerda, capucha y sandalias.

ORACIÓN Y TRABAJO

La Madre superiora del convento de Málaga señala los orígenes de su fundación en nuestra diócesis: “Seis hermanas obtuvieron licencia del señor obispo de Córdoba para su traslado a Málaga el día 13 de agosto de 1698. Se alojaron provisionalmente en el convento de Nuestra Señora de la Paz, desde donde solicitaron la licencia del obispo para pasar a la clausura del nuevo convento al que venían destinadas.

Después en 1707 se trasladaron a una casa que fue cedida por Dña. María Benítez; este nuevo domicilio se hallaba frente al convento de San Agustín. En 1933 con la quema de los conventos las hermanas fueron exclaustradas cada una a uno diferente; en 1937 fueron trasladadas al convento de la Victoria. En 1959 nuevamente fueron trasladadas al convento del seminario que quedaba situado en calle Toquero 20, dentro de la finca del seminario.   En 1987, las propietarias de ese convento se lo solicitaron, por lo que las hermanas pidieron ayuda al obispo don Ramón Buxarráis y les cedieron un terreno en usufructo arriba del todo donde han estado hasta hoy.

Autor: diocesismalaga.es

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