Noticia Tercera causa de los Mártires de Málaga Fr. Raimundo Codesal y Cándido Checa Salcedo Publicado: 09/10/2017: 9643 Este sábado 7, a las 11.00 horas, el Obispo de Málaga preside en la Catedral la celebración en la que se abrirá oficialmente el proceso diocesano de las tres causas de beatificación de los mártires de Málaga del siglo XX. En las anteriores semanas les hemos presentado algunos mártires de la primera y segunda causa. Hoy lo hacemos con la tercera. En la tercera causa encontramos los testimonios de D. Manuel de Hoyo Migens y 58 compañeros sacerdotes, religiosos y laicos. D. Manuel era natural de Ronda. En el libro que ha publicado la Diócesis de Málaga con motivo de la apertura de la causa, se recoge el testimonio de los 214 mártires. Sobre D. Manuel se puede leer lo siguiente: «era un sacerdote de extraordinaria bondad y muy caritativo (…) Al escuchar su nombre para ir a la muerte, se levantó, entregó al P. García Alonso su rosario envuelto en un pañuelo para que lo entregara a sus hermanas, y cuando estaba en la puerta se despidió de todos diciendo: “Adiós hermanos, hasta el cielo”». Párroco de Cártama Entre los sacerdotes mártires de esta tercera causa nos encontramos a Juan Martín Serrano, que era párroco de Cártama y fue martirizado en la barriada de Maqueda. El caso de este sacerdote es curioso, pues fue su propio hermano quien lo entregó. Antes de matarlo, “su propio hermano se vanagloriaba públicamente de ser el autor moral de la muerte, sin acordarse de que todo el pan que había comido en su casa era proporcionado por aquel santo hombre”, podemos leer en el libro redactado por el Departamento de Causa de los Santos de la Diócesis de Málaga. Un religioso con 28 años Entre los religiosos de esta tercera causa encontramos al padre Raimundo Codesal, franciscano del convento de Vélez-Málaga. El día 20 de julio fue detenido cuando se disponía a tomar el tren de Málaga y lo condujeron hacia el camino de Arenas, donde le mandaron quitarse los zapatos y ponerse de espaldas, a lo que les dijo que quería ver la muerte de frente. Recibió los disparos con los brazos en cruz y de rodillas, uno en el cuello, otro en la cabeza y tres más en el vientre. Su cadáver fue quemado y estuvo varias horas expuesto al público. Médico y padre de 3 hijos Cándido Checa era el médico de Villanueva del Trabuco. Tenía 39 años y tres hijos (Salud, Cándido y Eufrasia, que aún vive). Salió a visitar a un enfermo y al regresar lo apresaron y lo llevaron al Ayuntamiento, supuestamente a ver a otro enfermo, pero todo fue un pretexto para encarcelarlo mientras registraban su casa. Poco después fue conducido en camión a Casabermeja con otras personas del pueblo, donde lo asesinaron en mitad de la calle, después de infligirle toda clase de malos tratos.