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Eva, Alicia y José Antonio explican su labor en las parroquias

Publicado: 14/11/2014: 8147

Miembros de Cáritas, catequistas y equipos de liturgia hacen posible, con su trabajo desinteresado, sostener la actividad de la Iglesia en favor de quienes lo necesitan tanto.

Alicia Claros, catequista: «Ayudar a la parroquia es algo imprescindible en mi vida»

Alicia Claros, de 47 años, lleva ocho dedicándose a impartir catequesis a grupos juveniles de la parroquia de La Cala del Moral. «Siempre he procurado aportar mi ayuda –afirma– y, cuando mi hijo creció, me hice voluntaria al ver que lo necesitaban. Siento que realmente con esta actitud como cristiana profundizo en la fe. Para mi es algo imprescindible en mi vida». Alicia destaca que «el problema es la falta de tiempo, pero procuro dar prioridad a estas actividades. Como realmente son las que me hacen sentir mejor, una vez que me organizo, procuro darles prioridad». Al hablar de la ayuda económica, Alicia afirma que «es fundamental. Pienso que hay que canalizar todo lo que sea caridad a través de la Iglesia».

Eva Peláez, voluntaria de Cáritas: «Podemos crear un espacio de esperanza»

«Nuestra labor se centra en realizar acogida y acompañamiento a las familias que se encuentran en exclusión social», explica la directora de Cáritas Parroquial de San José de Vélez Málaga, Eva María Peláez, de 40 años. Afirma: «Pretendemos poner nuestra semillita en el mundo siendo conscientes de que quizás no podemos solucionar todos los problemas, pero sí podemos crear como cristianos un espacio de esperanza y de encuentro con la persona necesitada. Para mí, es muy gratificante. La colaboración y el voluntariado es algo que no sólo beneficia a la persona que recibe ayuda sino que se retroalimenta». Eva destaca que están siempre al servicio «tenemos un horario de atención, pero Cáritas tiene el teléfono dispuesto a cualquier hora del día ya que hay casos de urgencia que no pueden esperar».

José Antonio Medina, Ministro Extraordinario de la Comunión: «La Iglesia aporta mucha paz»

El ministro extraordinario de la comunión José Antonio Medina, con 71 años, lleva más de una década colaborando en la Parroquia de San Miguel de Miramar, en la capital malagueña. Pertenece a la Pastoral de la Salud, encargada de llevar la comunión a los enfermos y también ayuda en los columbarios. Afirma que, «hay que ayudar a la Iglesia y ser comprometido con ella para cubrir todas sus necesidades». José Antonio asegura que «le aporta mucha paz y cree que es algo que hoy día falta en la sociedad». Por ello, anima «a todo aquel que quiera colaborar, ya que le va a repercutir en su caminar diario con mucha paz interior».
 

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