NoticiaEntrevistas Esperanza Sanabria: «¿Para qué creer? Para ser plenamente felices en Dios» Publicado: 01/06/2012: 4485 La felicidad que generan las prácticas religiosas en las personas es el tema de una tesis doctoral que se defendió hace unos meses en la Universidad de Málaga. Su autora es Esperanza Sanabria (Málaga, 1962): esposa y madre de tres hijas (Claudia, Laura y Paula), doctora en Psicología, profesora en la Universidad de Málaga y en el Instituto Superior de Ciencias Religiosas San Pablo. Es una mujer feliz que acaba de celebrar sus bodas de plata y colabora en las parroquias Ntra. Sra. del Carmen (Campanillas) y Sta. María Estrella de los Mares (Guadalmar). –Esposa, madre, cristiana comprometida, profesora universitaria... ¿cómo lo hace? –Y también colaboradora en los Medios de Comunicación diocesanos, voluntaria de Cáritas y hago algunas funciones más, pero creo que lo importante no es cuánto hacemos sino desde dónde lo procuramos hacer. En mi caso lo que da unidad a todas mis actividades y dimensiones humanas es mi fe en Cristo, pues la fe tiene un componente de globalidad en la vida que es muy fuerte. –Su tesis doctoral es un estudio sobre la felicidad, un tema muy atractivo, ¿cómo se le ocurrió? –El estudio se llevó a cabo con 119 cristianos de la diócesis de Málaga, la mitad laicos y la otra mitad religiosos. Los resultados son muy concluyentes en el sentido de que las prácticas religiosas, especialmente la oración, la celebración de los sacramentos y la lectura de la Palabra de Dios, proporcionan experiencia óptima, lo que podemos llamar “felicidad”, a las personas que realizan dichas actividades y que cuanto más las practican más se involucran en ellas, por lo que los mejores resultados fueron para los religiosos. –Personalmente, ¿qué cosas son las que le hacen más feliz? –Al igual que a la mayoría de las personas, lo que más me satisfacen son las relaciones humanas, cuando son positivas y lo que más me entristece son también las relaciones humanas cuando se producen conflictos o desavenencias. Y me proporciona mucha paz la realización de actividades de tipo religioso. –Imparte una asignatura sobre fe y cultura en la Universidad de Málaga, ¿vende la fe dentro de la Universidad? –No utilizaría yo esa expresión. Cada curso hay un número considerable de alumnos que se matriculan en esta asignatura. Las motivaciones son diversas, pero para mí, como docente, son unas clases muy alentadoras ya que los alumnos se quejan de algunos planes de estudio en que repiten los temas, en cambio acogen con singularidad las relaciones entre la fe y la cultura. –Sus hijas ya son alumnas universitarias, ¿cómo llevan que mamá no haya dejado de estudiar nunca? –En el caso de nuestra hija mayor, Claudia, con 24 años ya lleva a sus espaldas una Diplomatura, un Máster, unas Oposiciones y ahora está terminando una Licenciatura. Así que podemos decir que, en casa, el estudio es una labor habitual para todos. –Seguro que lo ha preguntado muchas veces a sus alumnos, ahora se lo pregunto a usted, ¿hay razones para creer? –No sólo aludiría a las razones que hay para creer, que son muy consistentes, sino también a las finalidades. ¿Para qué creer? Para que podamos ser plenamente felices en Dios. –El mes de junio es un mes crucial para profesores y alumnos. ¿Qué análisis hace de este curso que acaba? –Los jóvenes estudiantes, hoy por hoy, no tienen buenas perspectivas de futuro. A pesar de ello, pienso que todos debemos esforzarnos en contribuir al logro de bienes sociales, siendo solidarios, responsables en nuestro trabajo y creadores de espacios de mayor bondad, a la espera de tiempos mejores en lo profesional. Autor: Encarni Llamas