NoticiaSalud Suso Martínez Carracedo: «Si no está al lado del enfermo, no es la Iglesia de Jesús» Suso Carracedo. FOTO: DIÓCESIS TUI-VIGO Publicado: 01/05/2016: 12868 Jesús (Suso) Martínez Carracedo, sacerdote de la Diócesis de Tui-Vigo, es director del Departamento de Pastoral de la Salud de la Conferencia Episcopal y misionero de la Misericordia El 1 de mayo se celebra la Pascua del Enfermo. ¿Qué celebramos? Una Diócesis, una Iglesia que no esté al lado del enfermo, del que sufre, no es la Iglesia de Jesús. Puede ser una Iglesia buena, pero no la de Jesús. Debemos dar prioridad a aquellos que sufren, como dice el papa Francisco, la Iglesia de Jesús es la que está al lado de quien más lo necesita, en las periferias existenciales. Fue capellán hospitalario durante catorce años. ¿En qué consistía su labor? Una de las cosas que hacía era ir por la maternidad. Al verme, siempre me decían: “¿pero le ha pasado algo al niño?”, y yo les explicaba que sólo venía a felicitarlos. El capellán está en la muerte, pero también en los bautizos, venía a felicitarlos por la nueva vida. Con el paso del tiempo la sociedad nos ha ido colocando en unos momentos concretos de la vida, pero el sacerdote es un compañero de toda la vida, desde el inicio hasta el final, en los momentos bonitos y los tristes. Nos suelen colocar sólo en los tristes, pero es curioso, porque Jesús es Dios de vida. ¿Cuáles son los retos para pastoral hospitalaria? En los últimos años ha cambiado la sanidad, la sociedad y la Iglesia también. Hay retos nuevos y nuevas dificultades, como un menor número de sacerdotes. Más que la presencia, debemos volcarnos en reilusionar, para que no caiga la calidad de la atención que se merece todo el mundo. La clave es el sacramento de la presencia de Cristo y la Iglesia. Como decía Pablo VI, no hace falta hablar, que tu rostro, tu mirada, tu acogida y tu presencia hablen de Cristo. ¿Qué desafíos tienen por delante? Hemos marcado varios: el primero de ellos es formarnos todavía mejor, así como el trabajo en equipo, porque a veces trabajamos mucho pero no siempre en comunión. También un acompañamiento personal y pastoral de unos con otros, porque la vivencia del sufrimiento nos va minando y necesitamos estar con la mirada puesta en los compañeros. Es fundamental hacer una pastoral en las parroquias, para que cuando alguien llega al hospital, sepa que hay capellanes y que es un servicio gratuito.