NoticiaSemana Santa Domingo de Ramos: El desierto cuaresmal nos lleva a Jerusalén Publicado: 18/03/2016: 6458 Reflexión del sacerdote Alejandro Pérez Verdugo, Misionero de la Misericordia, para el Domingo de Ramos, inicio de la Semana Santa. «Lo que el domingo es a cada semana, lo es el Triduo Pascual al año litúrgico» La Semana Santa se inicia en los últimos días de la Cuaresma (hasta la tarde del Jueves Santo) y culmina con el Triduo Pascual. De la Vigilia Pascual tenemos noticias ya en el siglo II; después se amplió con el viernes, sábado y domingo, formando así el actual Triduo Pascual, al que se añadió un pórtico de entrada: la Misa de la Cena del Señor del Jueves. Como afirma S. Ambrosio, estos días recuerdan que «Cristo padece, reposa en el sepulcro y resucita». Se trata de la unidad de un único misterio: Pasión, Muerte y Resurrección del Señor, conmemorado y celebrado en tres días. Así, lo definía Von Balthasar: el “misterio de los tres días”. Alcanzar, tras la Cuaresma, la cumbre pascual de este Triduo significa llegar a la culminación de todo el año litúrgico; lo que el domingo es a cada semana, lo es el Triduo Pascual al año litúrgico (Normas Universarles sobre el Año Litúrgico y el Calendario –NUALC–, 18). Tocando a su fin, el desierto cuaresmal nos lleva a Jerusalén; llamamos a las puertas de la Ciudad Santa para entrar con Cristo Rey y Mesías, mientras le aclamamos con palmas y olivos. Es el umbral de la Semana Santa y celebramos la entrada victoriosa del Señor que camina hacia la cruz donde, coronado, triunfará como Siervo a través de la muerte. Junto a esta entrada “externa”, la lectura de la Pasión según San Lucas de este Domingo de Ramos nos permitirá contemplar otra entrada: la entrada “interior” de Jesús en Jerusalén. Ha “llegado la hora” y Jesús, obediente, sabe en su interior que camina “a la muerte y una muerte de cruz”, como nos indicará la segunda lectura (Fp 2, 6-11).