Son muchas las Vigilias Pascuales que ha celebrado, y cada año se emociona con la explosión de alegría y esperanza de la Resurrección. Anoche, la comunidad parroquial volvió a tomarse el chocolate con magdalenas, tras la Eucaristía, y a dar gracias a Dios por todos los signos de Resurrección que están viviendo: Cáritas, catequesis,...

Según el párroco, son muchos los signos de entrega, participación y compromiso de los cristianos de esta parroquia, que era la más pequeña de Ronda cuando él llegó y cuenta con más de 12.000 habitantes en la actualidad, destacando cómo  muchos padres han vuelto a la parroquia gracias a la catequesis de sus hijos.

Alonso ha visto en la comunidad parroquial una verdadera transformación: “es cierto que Ronda es un pueblo muy cofradiero, pero la Semana Santa no se vive como una serie de actos en la calle, sino como culmen de toda la labor que se realiza el resto del año. Es más, son muchos los testimonios de miembros de las hermandades que son feligreses comprometidos”.

 Además, desde hace un año, Ronda y la Serranía están trabajando en verdadera comunión, tanto el equipo sacerdotal, como los feligreses. Organizan al menos tres encuentros arciprestales (Adviento, Cuaresma y Pentecostés),  y siguen un mismo proyecto pastoral.