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Jaime Rittwagen: «Sin entrada a Jerusalén no comienza el drama de la Semana Santa»

Publicado: 13/03/2013: 4515

«Desde niño ya pintaba como Rafael, pero me llevó toda una vida aprender a dibujar como un niño». Esta frase, adjudicada al maestro Picasso, vuelve a ponerse de actualidad con la pintura que anuncia la Semana Santa de Málaga 2013. Mirar como un niño, eso es lo que pretende hacer Jaime Díaz Rittwagen (Málaga, 1941) en cada cuadro, por eso afirma sin reparos que su pintura religiosa no es «de cristos sangrantes, sino el nexo entre el pueblo que cree y la Semana Santa en sí»

–¿Cómo ha recibido Málaga este cartel? 

–La repercusión ya sabía yo que iba a ser fuerte. La aceptación puede calificarse de "fifty, fifty", como se dice (ríe). El que esté todo el mundo de acuerdo, imposible. Esto está sujeto a unos cánones, que eran una cofradía que fuera fundacional de la Semana Santa de Málaga y que no se hubiera pintado nunca, que son cinco o seis. Es verdad que han salido en foto como un puzzle, pero no pintadas por un pintor. Ése sería el mensaje y el porqué. Lo que representa es las doce de la mañana, Málaga, un Domingo de Ramos.

–¿Cómo reaccionó cuando le hicieron este encargo?

–Como verás, a mí se me cayó el mundo encima, porque me dije, «pero si aquí lo que se busca es el barroco, el clásico, aquí se está pensando en Velázquez, en Murillo, en pintores que son absolutos mitos dentro del arte, en la pintura italiana, en Miguel Ángel… ¡y yo no soy eso!» Y ésas fueron mis palabras. Al presidente de la Agrupación de Cofradías de Semana Santa, Eduardo Pastor, le dije que en Málaga hay pintores de una categoría extraordinaria que te lo pueden hacer, y él me habló de forma muy sencilla. Yo me negué tres veces como Pedro, a la cuarta ya no tenía argumentos y le dije que sí. Me dije «¿Cómo le voy a decir que no si me lo está pidiendo el presidente de la Agrupación?». Fue una conversación de una hora. 

–¿Es cierto lo que decía Picasso, cuesta una vida aprender a pintar como un niño? 

–Todos los niños pintan, pero no todos los niños son pintores. La persona va creciendo pero siempre va volviendo a la infancia. Hay pintores que no lo hacen, y hay pintores que sí. Yo soy ese pintor que vuelvo a la infancia. Yo podía haber sido un pintor realista, pero cuando empecé a hacer pintura de calle me dí cuenta de que le faltaba algo. Recuerdo que yo me encontraba pintando un cuadro en la plazuela de San Pedro, en el barrio antiguo del perchel, y cuando ya tenía todos los edificios (porque mis estudios son de dibujo lineal, no artístico), noté que aquello estaba vacío, sin vida, frío. Y al buscar el sentido me dije ¿porqué no pintar una procesión? Y entonces pinté a la Expiración saliendo de San Pedro. Ahí es donde yo arranqué con este estilo de pintura. Como me gustó el resultado seguí pintando sobre esa misma temática, y resultó que a la gente también le gustaba, porque les llevaba a recordar su infancia.

–¿Cómo refleja su cartel el sentido de la Semana Santa? 

–Como conjunto es un conjunto agradable porque está representando una escena del comienzo de la Semana Santa. Fue un comienzo jubiloso, porque es una fiesta cuando se recibe a Jesús, como significan las palmas y olivos. Luego ocurre lo que todos sabemos, y que vivimos en la Semana Santa, pero éste es el comienzo de la Resurrección que viene después. Sin Resurrección no tiene sentido la Semana Santa, sin la entrada de Jesús en Jerusalén, no comenzaría el drama de la Semana Santa, o sea que todo tiene un sentido.

Autor: Ana María Medina

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