En los restos encontrados en las prospecciones realizadas a raíz de la futura restauración de la Iglesia del Sagrario, destacamos una lucerna de Terra Sigillata, decorada con una cruz, así como platos y patenas con el símbolo del cordero. Se estima que estos fragmentos estén datados desde mediados del siglo IV al VI d.C.

El llamado arte paleocristiano, es el arte que se desarrolla desde los orígenes del cristianismo hasta el siglo V aproximadamente. Se caracteriza por tener un marcado carácter simbólico, con motivos sacados de la Sagrada Escritura. Estamos ante una iconografía que busca dar respuesta a una religión que se está formando. Estos signos y figuraciones serían como plegarias gráficas en los muros de criptas e iglesias y en la decoración de objetos de uso cotidiano.

Llama profundamente la atención que los modelos se repiten a lo largo de zonas muy alejadas entre sí. Entre los motivos que han aparecido, destacamos la cruz decorada en su interior con círculos de distintos diámetros. Aunque no fue el primero de los signos para los cristianos, se irá imponiendo con el transcurrir de los tiempos en el centro de la iconografía cristiana. También aparece el cordero apocalíptico, representado de una manera muy esquemática y repetida.

La importancia de estos hallazgos certifican la presencia de cristianos en este espacio del entorno de la Catedral desde muy temprana fecha. A través de ellos, conocemos el origen de nuestra historia y entramos en comunión con esa tradición invariable desde los inicios del cristianismo hasta hoy.

Miguel Ágel Gamero