Eminencias, Excelencias, Señoras y Señores.

Tras celebrar la Eucaristía, como centro de nuestra vida cristiana y de nuestro trabajo pastoral, nos aprestamos a iniciar el trabajo de reflexión del VIII Congreso del Consejo de Conferencias Episcopales Europeas sobre la pastoral de los emigrantes, con el tema Europa y las personas en movimiento. Superar los miedos – diseñar perspectivas.

Felicito a quienes han hecho la elección del lugar de este encuentro y me alegro de que la celebración de este Congreso sea en Málaga (España). Podría parecer un poco pintoresco que un Congreso europeo tenga lugar en una ciudad del sur de Europa; más aún, en una Diócesis que tiene un pie en Europa y otro en África, dado que la ciudad autónoma de Melilla pertenece a esta Diócesis. Precisamente esa característica va a favor de este Congreso, que desea plantearse los retos del movimiento migratorio superando los miedos. En esta latitud sur europea puede apreciarse mejor el reto de un diálogo con otras culturas, civilizaciones y religiones de otros continentes. Málaga es lugar de encuentro entre europeos y gentes de otras regiones.

En el encuentro entre pueblos y culturas distintas la Iglesia tiene un gran misión a realizar como instrumento de comunión y como “sacramento universal de salvación” (Concilio Vaticano II, Ad gentes, 1), anunciando el Evangelio a todos los hombres, acogiendo a todos con respeto y libertad, solidarizándose con los más necesitados, y promoviendo la dignidad de la persona humana en un mundo marcado por signos de miedo y falta de hospitalidad.  “La caridad de Cristo hacia los emigrantes nos estimula (cfr. 2 Co 5, 14) a afrontar nuevamente sus problemas, que ahora ya conciernen al mundo entero” (Pontificio Consejo de la Pastoral para los Emigrantes e Itinerantes, Erga migrantes caritas Christi, 1)

¡Sean todos bienvenidos! Un saludo cordial a todos los participantes: Srs. Cardenales, Srs. Obispos, Delegados de las Conferencias Episcopales de Europa, Directores nacionales de la pastoral de los emigrantes, Operadores pastorales, Representantes de la sociedad civil y del mundo político. ¡Están Vds. en su casa!   Deseo que se cumplan los objetivos de estudio, reflexión y oración sobre las múltiples causasy las consecuenciaspara el trabajo de la Iglesia de los flujos migratorios en Europa.

Pido luz al Señor para que el Congreso pueda desentrañar los desafíos que el fenómeno migratorio interpela a las instituciones de la familia, la parroquia y la sociedad, con la esperanza de que se puedan determinar los miedos, que hay que superar, y también diseñar perspectivas a desarrollar.    ¡Buen trabajo y que disfruten de la belleza de esta tierra y de sus amables gentes!