Con motivo del Centenario de la Agrupación de Cofradías de Semana Santa de Málaga, la Santa Sede ha tenido a bien conceder, a petición del obispo de Málaga, D. Jesús Catalá, este Jubileo Extraordinario en el que todos los que quieran puedan acercarse a la Catedral de Málaga y, cumpliendo los requisitos estipulados, ganar indulgencia plenaria que puede ser aplicada por uno mismo o por personas difuntas. La celebración de apertura, en la Misa del 1 de septiembre en la Catedral, estuvo presidida por D. Jesús Catalá y concelebrada por el obispo de Sigüenza-Guadalajara, D. Atilano Rodríguez Martínez. En ella, el prelado malagueño dio la Bendición Papal otorgada desde Roma por el Sumo Pontífice, concediendo la indulgencia plenaria que se podrá obtener hasta el 31 de octubre.

Como explica el presidente de la Agrupación de Cofradías, Pablo Atencia, «aunque se puede solicitar un año jubilar, hemos optado por pedir una duración de 2 meses (del 1 de septiembre al 31 de octubre) en las fechas que hemos considerado más significativas, para hacerlo coincidir con celebraciones litúrgicas de la Iglesia (Victoria, Festividad Reina de los Cielos y mes del Rosario) y actividades del Centenario (Exposición El Verbo Encarnado, Congreso Internacional y Panaeuropeo Semana Santa y posible Salida Extraordinaria). Nuestro deseo es que sirva para celebrar el Centenario de la fundación de esta insittución, como acontecimiento extraordinario y forma de renovarnos y acercarnos a Dios. Apostamos porque sirva para fomentar y reactivar la fe».

Por su parte, el delegado de Hermandades y Cofradías de la Diócesis, el sacerdote Salvador Guerrero, ha expresado a diocesismalaga su deseo de que este Jubileo «sea también el inicio de una conversión personal y profunda en la vida de cada uno de los que participen en él, y que nos ayude a tomar conciencia de nuestro ser cristiano y de nuestra misión evangelizadora en medio del mundo».

CÓMO GANAR LA INDULGENCIA

El Decreto Apostólico de este Jubileo concede la indulgencia a todos aquellos fieles «que lo deseen con espíritu de verdadera penitencia y caridad, si visitan en forma de peregrinación la Iglesia Catedral de Málaga y allí cumplen devotamente los ritos jubilares, o dedicando un tiempo considerable a la oración y concluyendo con el Padrenuestro, la recitación del Credo e invocando a Nuestra Señora de la Encarnación». El Decreto hace alusión también a ancianos, enfermos y todos aquellos que por graves motivos no puedan salir de sus hogares, y que igualmente «podrán lucrar la indulgencia plenaria con el acto y la intención de querer alejarse de cualquier cualquier pecado con las tres acostumbradas condiciones anteriormente recordadas, si se unen espiritualmente a las celebraciones jubilares con la oración, el arrepentimiento de los pecados y el ofrecimiento al Señor de los propias sufrimientos y dificultades de la vida».