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La aventura de ser médico y enfermo a la vez

Carlos José Miguelez
Publicado: 26/05/2017: 87530

Carlos José Miguélez Lago ha fallecido dejando un precioso testimonio de fe, que se resume en el discurso que pronunció en el Colegio Oficial de Médicos con motivo de su nombramiento como colegiado honorífico el año pasado.

Nacido en Málaga el 27 de enero de 1949, ha sido un prestigioso urólogo pediátrico que se licenció en 1972 en la Universidad de Navarra. Fue director de la Escuela de Urología Pediátrica del Colegio de Médicos de Málaga, además de un hombre de fe, comprometido con el Evangelio a través de su familia, su trabajo y su parroquia, Santa María Estrella de los Mares, en Guadalmar, comunidad que le agradece el testimonio que ha dejado a través de su vida, también durante la enfermedad.

Decía Carlos José Miguélez en su discurso como colegiado honorífico en el Colegio Oficial de Médicos:

«Quiero trasmitirles una reflexiones destiladas tras 44 años de vivir apasionadamente la Medicina y ver la gran evolución en tecnología, gestión, pero sobre todo en la relación instituciones - médicos y enfermos.

Mi objetivo es reforzar los cimientos y valores humanísticos elementales y perdurables, de para qué y cómo “vivir la Medicina”. Porque los auténticos médicos vocacionales no ejercemos la Medicina sino que la vivimos. No se deja de ser Médico al quitarse la bata, ni al salir de la consulta, laboratorio, quirófano, etcétera. Ni siquiera al pasar a la gestión, o jubilarse o ser retirado por la enfermedad.

La Medicina es mucho más que una profesión. Es una filosofía, una manera de vivir a nivel personal y social.

He tenido la oportunidad de vivir la aventura interesantísima de ser a la vez Médico y Enfermo. He aprendido mucho de esta experiencia y Dios, con los Médicos que me tratan, se han organizado para que por ahora “pueda contarlo”. Y eso es lo que pretendo brevemente trasmitirles de modo muy personal.

La MEDICINA es una hermosa palabra llena de significados ocultos entre sus letras.

Los vamos a aprovechar para recordar valores e ideales, en esta extraordinaria época de Alta Tecnología y de Gestión economicista, donde a veces los pacientes son Carteras de Clientes, su Historia clínica se sustituye por sofisticadas exploraciones “siempre complementarias”, sus tratamientos personalizados por protocolos y guías generales, y donde la Medicina Basada en la Experiencia solo tiene un grado inferior de recomendación en el actual escenario de la Medicina Basada en la Evidencia.

¿Nos estamos olvidando de algo? ¿Falta alguna tecla en nuestros aparatos informáticos? ¿En qué parte del programa está la carpeta de valores humanos? ¿Qué pasa si se acaba la energía del computador?

¿¿¿¿Sabían que MEDICINA es una palabra capicúa y con una letra escondida????

A primera vista no lo parece ¿verdad? Pero es que a primera vista, superficialmente…casi nada, ni nadie, dejan ver lo que hay en profundidad.

Digo que es palabra capicúa porque empieza con M y acaba con A.

M de MISERICORDIA y A de AMOR. Son los pilares de nuestra hermosa vocación. Significan algo parecido. Dentro del Amor está la Misericordia por los que sufren física y psíquicamente, por ellos mismos o por sus seres queridos. La M y la A son el principio y fin de nuestro esfuerzo. Nuestro objetivo principal es Amar a nuestros pacientes, tener Misericordia para evitar su sufrimiento o por lo menos aliviarlo.

La M también significa Misterio. Es mucho más lo que desconocemos que lo que creemos conocer. Hay un universo ignoto dentro de cada célula. Es importante aceptar el reto de este gran Misterio de la Vida y esforzarse cada día en descubrir algo nuevo en el mundo del enfermo, su patología y también en nosotros los médicos.

La Muerte también empieza por M. Que sepamos, hoy por hoy, todo ser humano muere. Se ha definido la Vida como una enfermedad congénita, genética, de trasmisión sexual y un 100% de mortalidad a corto, medio o largo plazo. La muerte iguala las desigualdades de la vida. Vivimos y morimos todos. Nuestro trabajo debe ser evitarla mientras se pueda. También, cuando no se pueda, ayudar a aceptarla con dignidad, como un hecho natural para el que no hay tratamiento que la erradique para siempre. Recordar y aceptar la Muerte como parte inseparable de la Vida no significa rendirse, sino ayudar a vivir con perspectiva.

La siguiente letra es la E de Esperanza. Esperanza para el enfermo. No hay pastillas de esperanza, pero sin ella, las pastillas tienen menos efecto, o no se toman. El Médico tiene que proporcionar algún tipo de esperanza al enfermo que le pide sus servicios. Esperanza sincera sin engaño. Siempre podemos dar algo de esto si lo intentamos y pensamos en el Enfermo, no como usuario ni cliente, si no como hermano, hijo, padre, amigo… o como nosotros mismos.

E de Estudio, de Estímulo, de Entusiasmo. Es tanto lo que hay por aprender y tanto lo que podemos hacer por los enfermos cuanto más aprendemos, que se abre una gran puerta de luz, optimismo y alegría por la que entrar a buscar remedio a la enfermedad y al sufrimiento. La mejor inversión en Medicina es la destinada a la formación continuada y es bueno estimularla con facilidades económicas y reconocimientos, tanto a los Maestros, como también a los Alumnos para que los superen y releven

D de Dolor que tenemos la necesidad de prevenir y aliviar, evitando el sufrimiento inútil. También D de Dedicación: nuestra querida profesión no tiene horario ni calendario. Es muy difícil, casi imposible desconectar del todo ¿Verdad? Quien se casa con alguien dedicado vocacionalmente a la Medicina, se casa aunque no estén invitados, con sus pacientes y sus problemas. Gracias a nuestras parejas por entenderlo, respetarlo y ayudarnos

D de Desarrollo y de Docencia. Son inseparables. Es tanto lo que queda por hacer que quien no se desarrolla se queda inútilmente atrás. Tenemos necesidad de adquirir unas buenas bases y a “Hombros de Gigantes” desarrollarnos y avanzar. Mediante la Docencia tenemos la obligación de trasmitir nuestros conocimientos y experiencia. La Docencia es un complemento y una gran responsabilidad para el desarrollo de los demás y también del propio docente.

La letra oculta y misteriosa que no figura escrita es la H. No figura por que no se pronuncia, porque pasa desapercibida por su humildad, pero está en el medio, dando solidez y equilibrando fuerzas. Es la piedra angular del arco.

H de HUMILDAD. De reconocer nuestras limitaciones, sin rendirse y sin vergüenza. La “Medhicina”, tiende poco a poco a mejorar la Calidad de Vida. Los éxitos siempre tienen un coste. Digamos que avanzamos dos pasos adelante y uno atrás. Los éxitos no deben nublar nuestra realidad y endiosarnos orgullosamente. Hay que mirar para abajo a la realidad, pero con la mirada alta en el futuro. No hay que creerse el mejor, sino hacerlo mejor cada día

H de HUMANIDAD. La Medicina está hecha por mujeres y hombres para todos los seres humanos. Por mucha Ciencia y sabiduría que se tenga, de nada sirve si no hay Humanidad. Es más importante el ser humano completo, que la enfermedad sola. La Medicina personalizada, que el protocolo aséptico deshumanizado y genérico. En la toma de decisiones médicas importantes, es vital el factor humano diferencial de cada uno de nuestros pacientes, que lo hace único. El Médico que no es Humilde ni Humano….ni médico es.

I de…. tantos valores que se necesitaría todo un ensayo sobre: Incentivación Investigación, Innovación, Involucración… de lo que ya hemos hablado algo. Pero también de Ilusión, Idealismo, Inteligencia que nos hacen soñar con las estrellas para poder llegar a la luna. No pueden dejar de acompañarnos dos conceptos más de gran valor: la Integridad y la Independencia. Integridad como sinónimo de honestidad, de autenticidad, de manera de ser y de vivir, no solo como médico si no como persona “integralmente integra”. Debemos recordar siempre que la Medicina es Independiente y liberal. Nadie será más responsable delante de un enfermo que el Médico que lo trata. No será responsable el ordenador, ni el programa, ni “el sistema”, ni el protocolo o la guía, ni la economía, ni la política, ni el gobierno de turno, ni la entidad aseguradora. Somos responsables cada uno de nosotros, porque somos libres en nuestra toma de decisiones. Igual que somos libres de cómo, con quien y donde ejercer la Medicina

La letra C viene cargada de mensajes y significados que nos ayudan a mejorar la asistencia Médica. C de Caridad, como una forma de Amor y Misericordia universal. Por muchas circunstancias hay una población muy importante que no tendría acceso a la Medicina si no fuera por la Caridad y altruismo que desarrollan ONGs sin ánimo de lucro, donde Médicos, auténticos héroes anónimos, dan su vida, literalmente, por llevar la mejor Medicina que pueden, a los peores lugares de la sociedad. Pero con Cariño, Calidez, Compromiso, Confianza y Calidad. Siguiendo con la C, recordamos tanto la Clínica, cuyo Conocimiento es irremplazable por el más sofisticado avance tecnológico; como la Cirugía, verdadero arte de curar con las manos, basado en la Ciencia, la experiencia y la destreza.
Empezando por N encontramos conceptos tan frescos como Novedad, Nobleza, Naturalidad…En Medicina hay que estar siempre al día, conocer las auténticas Novedades y diferenciarlas de las modas. Separar el grano de la paja. Cambiar para mejorar es bueno. Cambiar sin el doble filtro de la Evidencia y de la Experiencia es peligroso. Cambiar para brillo y beneficio personal es aún peor. La Nobleza es todo lo contrario, es buena voluntad, buena intención, generosidad, sinceridad y fiabilidad. No significa nacer diferente, superior, sino mejorar cada día con esfuerzo y Naturalidad, sin pedestales, ni tronos, ni otras coronas en la cabeza que la preocupación por los enfermos y nuestros siempre limitados y mejorables conocimientos

Por último, como Medicina dijimos que era capicúa, volvemos a la A de Amante. Antes hablábamos de Amor al enfermo y ahora hablamos de “Amor a la Medicina”. A esta mezcla Apasionante de filosofía y arte, que poco a poco nos va haciendo diferentes, nos va moldeando y modulando. Como el mar a las rocas, haciéndonos playa o acantilado, según la naturaleza y experiencias de cada cual. También saben nuestras parejas que la Medicina es un Amante irrenunciable que vive dentro de cada uno y forma parte de la familia. Hace feliz a quien la practica como hemos dicho hasta ahora; porque la única manera de ser feliz es buscando la Felicidad de los demás, o al menos intentando aliviar su sufrimiento.

Gracias a este juego literario nos hemos encontrado, con algunos de los valores básicos a los que debemos volver de vez en cuando, para que nuestras raíces lleven sabia buena a los brotes nuevos y demos abundante fruto para la Salud de toda la sociedad que tanto nos necesita.

Gracias por estar hoy aquí, por vuestra atención y por esta distinción, que espero algún día llegar a merecer con vuestra ayuda, la de mis Médicos y la de Dios, si así lo quiere». 

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Ana María Medina

Periodista de la diócesis de Málaga

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