NoticiaEntrevistas Obdulia Gallardo: «Sin mi parroquia no puedo vivir» Obdulia Gallardo recibiendo la Medalla Pro Ecclesia de manos de su párroco, Federico Cortés Publicado: 08/10/2019: 21060 Obdulia Gallardo es una feligresa de la parroquia Santa María de la Encarnación y San Juan Bautista de Vélez-Málaga que recibió la Medalla Pro Ecclesia Malacitana el pasado 29 de junio, de manos de su párroco, Federico Cortés, en nombre del Sr. Obispo, Jesús Catalá. A sus 70 años, lleva más de media vida dedicada a la parroquia, por ello recibe este galardón: «por su gran generosidad y por su entrega dedicada a la parroquia». Media vida dedicada a la parroquia, ¿cómo fueron los comienzos? Era entonces el párroco D. José Fenoy, sobre el año 1984. Comencé como catequista, porque mis sobrinos comenzaban a prepararse para recibir la comunión y, desde entonces, no la he dejado. Han sido varios los párrocos con los que he trabajado (D. José Sánchez Luque, D. José Barroso, D. Miguel González Rubio, D. Bonifacio, D. Antonio Rodas…). Con todos los curas me he ido llenando de Dios para poder atender bien la catequesis. También me incorporé al grupo de Cáritas parroquial y al de Pastoral de la Salud y estuve varios años dedicada al cuidado de la madre del sacerdote Miguel González, que estaba enferma. Y esa es mi vida. ¿Qué es para usted la parroquia? Muchísimo. Yo sin la parroquia no puedo vivir. Estoy soltera y no tengo hijos, pero ha sido el Señor quien me ha llevado de la mano. No puedo vivir sin la Misa. Es más, tengo claro que no estoy en la parroquia por la simpatía del cura, sino por la parroquia, por la Iglesia, por la gente. A mí todos los curas me parecen estupendos. Ha conocido usted a muchos párrocos muy distintos… Y he aprendido mucho de todos ellos. No quiero olvidarme de ninguno: D. Francisco Ruiz, D. Antonio Aguilera, D. José López… ¡la cantidad de campamentos de jóvenes que hemos organizado con ellos! Tengo 70 años pero, gracias a Dios me encuentro muy bien. El pasado mes de mayo celebraba la primera comunión del grupo de niños que he estado acompañando en estos últimos años. ¿Cuál es su acción de gracias a Dios? No sé cómo agradecerle todo lo vivido. Nada de lo que hago es para que me lo agradezcan, sino porque Dios me trajo por este camino. ¿Qué sintió cuando le dieron la Medalla Pro Ecclesia? Con lo tranquila que iba yo a Misa de 12.00 y, cuando llegué me encontré con toda mi familia en la iglesia. Los había llamado el cura. Yo no sé cómo no me dio un infarto. “Hemos venido dos días a organizar esta sorpresa” me decía mi hermana y yo no salía de mi asombro. Es muy emocionante, por el cariño que recibes. Pero lo más importante es ver a quienes han sido tus niños, en los grupos de catequesis, que ya se han convertido en hombres y mujeres, el cariño con el que te siguen saludando.