–¿Qué le pareció el proyecto "Desde lo hondo" cuando se lo presentaron?

–Yo encantado y agradecido al sacerdote Paco Castro que se acordó de mí y me ofreció participar. La presentación en la Catedral creo que va a ser muy bonita y lo más bonito es que los beneficios serán para Cáritas. Me gusta colaborar en todo lo que puedo y la experiencia de esta grabación ha sido preciosa. Todo fue muy rápido, pero con mucha ilusión y generosidad. Ya tengo una edad y tuve que aprenderme las dos canciones en poco tiempo, en algunos momentos hasta cambiaba alguna palabra, si tuviera 60 años lo hubiera hecho más rápido (se ríe). Pero hasta el gran Juan Breva cambiaba algunas palabras para adaptarlas al estilo de la canción.

–Hace años, grabó usted una misa flamenca que ha cantado por medio mundo, ¿qué siente cuando la canta?

–Me sigo emocionando, y las lágrimas se me saltan. La iniciativa partió de otro cura, don Miguel, que entonces era párroco en Nueva Málaga, y que también le da al cante. Participamos Pepe la Isla, Juan Bonela y hasta mi hijo Antonio con la guitarra. Pusimos música y letra a las canciones de la misa, por cantes de Málaga. La hemos llevado a Filipinas, Austria, Holanda... con D. Ramón Buxarrais, entonces Obispo de Málaga, la interpretamos en la basílica del Pilar de Zaragoza, con motivo de la patrona. Y en la ciudad, la cantamos en numerosas bodas, pero también en residencias de ancianos, en conventos de monjas y hasta delante de más de 300 seminaristas. El canto de entrada es por campanilleros (y nos interpreta un trocito), el "ten piedad" es un cante de la Serranía de Ronda, el "Gloria" una jabera, el "Credo" una malagueña, el "Santo" una alegría, el "Padrenuestro" una petenera, el "Cordero de Dios" una seguiriya y el canto para la Comunión una milonga. Y para terminar, un cante al patrón o patrona del lugar, por verdiales.

–Es usted famoso por sus saetas que tienen un estilo tan suyo que son conocidas como "saetas malagueñas", ¿qué siente cuando las canta?

–Siento muchas cosas, aunque no tenga la imagen del Señor o de la Virgen delante. Yo todo lo que canto me duele dentro, pero como la saeta, nada (y de nuevo nos deleita con una saeta "mirad lo dulce y sereno, el mejor de los nacíos, al que los hombres le dieron, martirio de escalofrío"). Me gustaba tanto la saeta que me recreé en ella y le introduje otros estilos, hasta gregoriano, para que nos ayude a vivir lo que se celebra en Semana Santa.

–Usted dedica muchas estrofas al Señor, ¿que lugar ocupa en su vida?

–Al Señor lo tengo siempre presente y, a veces, me disgusto con Él. Siempre le doy gracias por la vida que me da y por poder hacer cosas por los demás. El Señor nos quiere más de lo que nosotros pensamos.

–Y su familia, ¿cómo ha llevado lo de que usted sea cantaor?

–Lo he sido toda la vida, mi mujer, Encarna, ya me conoció siéndolo, nos presentó un cuñado suyo. Tenemos tres hijos: Encarni, Antonio y Carmen y cuatro nietos. Mi hijo también es guitarrista. Siempre han estado muy orgullosos de su padre (en ese momento suena el teléfono y es su hija Encarni, quien le pregunta con mucho cariño por su salud y la de su madre).