NoticiaCelebramos La Visitación de la Virgen María a santa Isabel Detalle de La Visitación de Jerónimo Ezquerra. Óleo sobre lienzo, 52 x 41 cm. Colección Carmen Thyssen-Bornemisza en préstamo gratuito al Museo Carmen Thyssen Málaga. Publicado: 31/05/2024: 3802 Magnificat Aunque este misterio de la Virgen era venerado por los fieles desde los inicios de la Iglesia, no fue hasta el siglo XIV cuando el papa Urbano VI la instituyó como fiesta, encomendando con ella el fin del cisma de Occidente. En el clima de polarización, divisiones y conflictos en el que nos encontramos, conviene fijar nuestra mirada en esta escena evangélica en la que dos mujeres, tan distintas en edad y en posición social gracias a la acción del Espíritu Santo, entran en comunión como un nuevo Pentecostés, para proclamar juntas la Gloria de Dios. En Málaga contamos con una parroquia dedicada a la Visitación, concretamente en las barriadas de El Tarajal e Intelhorce, que acaba de cumplir 50 años. El próximo viernes 31 de mayo celebrarán la fiesta litúrgica de su titular con la Misa, a las 18.30 horas, y el posterior rezo del Santo Rosario por las intenciones de la feligresía. Oración de san Carlos de Foucauld a la Virgen María en la Fiesta de la Visitación María, madre solícita en la Visitación enséñanos a escuchar la Palabra, una escucha que nos hace estremecer y, a toda prisa, hace que nos dirijamos hacia todas las situaciones de pobreza donde se necesita la presencia de tu Hijo. Enséñanos a llevar a Jesús en silencio y con humildad, como tú lo hiciste. Que nuestras fraternidades (familias) se hagan presentes entre los que no lo conocen para difundir su Evangelio, dando testimonio de él, no con palabras, sino con la vida; no anunciándolo, sino viviéndolo. Enséñanos a viajar con sencillez como tú hiciste, con la mirada puesta siempre en Jesús presente en tu vientre: contemplándolo, adorándolo e imitándolo. María, mujer del Magnificat enséñanos a ser fieles a nuestra misión: llevar a Jesús a la gente. Oh amada Madre, esta es tu propia misión, la primera que Jesús te confió, y que te has dignado a compartir con nosotros. Ayúdanos e intercede por nosotros para que podamos hacer lo que tu hiciste en la casa de Zacarías, glorificando a Dios y santificando a las personas en Jesús, ¡por Él y para Él! ¡Amén!