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Diario de una adicta (XXV). Abortar

Publicado: 09/09/2016: 2496

Sentada en la cama de la habitación, la cabeza me daba vueltas y el caos mental dominaba mi cabeza. ¿Qué hacer?, ¿existe alguien en el mundo que me pueda ayudar?, ¿a quién preguntar? No encontraba respuestas.

¿Y mis padres? Rechacé esta opción de manera categórica. Estaba en blanco. El mundo se me caía encima. Dejé que las convulsiones del llanto disminuyeran e intenté ofrecer serenidad a mi mente, para intentar razonar, pero ¿qué razonar?

Por la noche, Juan apareció con una pizza, agua, dulces y frutas. No sabía qué hablar o decir, y le rogué que me dejara sola; mi estado era tan especial que aunque llevaba sin consumir más de dos días, no me preocupaba ni me acordaba de la droga. Al día siguiente lo llamé para decirle que estaba dispuesta a todo. Me preguntó si estaba segura y si era lo que yo quería, y ante mi afirmación, me llevó a una clínica de un conocido suyo, me hicieron el legrado y a las pocas horas me dieron el alta. Él mismo me recogió y me llevó a mi nueva casa: su club.

Cerré los ojos y las puertas de mi alma, porque lo único que deseaba era dormir, dormir y dormir... todo me daba igual y con el pensamiento de borrar el pasado se me cerraron los ojos.

Durante unos cuantos días, mi trabajo era comer, salir a pasear, descansar y conversar con las chicas que trabajaban en el local. Juan no me molestaba para nada y sin pedírselo, me traía todos los días una papelina. Cuando decidí que ya estaba en condiciones de trabajar, no me exigió nada especial, sólo que tenía libertad para hacer lo que quisiera y atender a los clientes de la mejor manera que yo pudiera. Las otras chicas eran mis únicas amigas y con ellas me empecé a encontrar un poco mejor. Compartíamos la ropa, los potingues, me enseñaron a vestirme mejor, algunos trucos para aumentar el consumo de los clientes y las maneras de comportarme con ellos. Además me descubrieron la manera de pedir ayuda en un momento determinado de manera casi imperceptible ¡Qué bien se portaron conmigo en todos los sentidos!

José Rosado Ruiz

Médico acreditado en adicciones

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