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"La heredad de Benedicto y la misión de Francisco", por José Luis Restán

Publicado: 20/06/2013: 1466

Sabemos que es normal que cualquier Papa busque ayudas y aportaciones para trenzar el texto de una encíclica que sólo puede llevar una firma, pero aquí se trata de mucho más. Francisco asume explícitamente el trabajo de su predecesor: aquí la continuidad no necesita ser teorizada, resulta sencillamente un hecho bien elocuente.

La noticia, comunicada de viva voz y sin papeles por el propio Papa, de que pronto verá la luz una nueva encíclica dedicada a la fe, fruto del trabajo iniciado por Benedicto XVI que Francisco llevará a término, es muy significativa. “Es un documento fuerte”, ha comentado Francisco al referirse al texto que le entregó personalmente Benedicto XVI, para añadir algo más que un guiño: “dicen que estará escrita a cuatro manos”. Sabemos que es normal que cualquier Papa busque ayudas y aportaciones para trenzar el texto de una encíclica que sólo puede llevar una firma, pero aquí se trata de mucho más. Francisco asume explícitamente el trabajo de su predecesor: aquí la continuidad no necesita ser teorizada, resulta sencillamente un hecho bien elocuente.

Y no es un hecho baladí, cuando asistimos todos los días a las reconstrucciones y a los juegos de espejos que pretenden crear dos imágenes contrapuestas, con la perniciosa conclusión (falsa pero efectiva en cierto imaginario social) de una especie de ruptura, de una suerte de nueva estación que dejaría atrás el legado de más de treinta años de conducción de la Iglesia. Es interesante anotar aquí el comentario realizado por Joseph Ratzinger y desvelado por su amigo, el siquiatra y teólogo Manfred Lütz que le ha visitado en su retiro del convento Mater Ecclesiae: “Desde el punto de vista teológico (Francisco y yo) estamos perfectamente de acuerdo”. Pero que nadie atribuya el comentario a la mera cortesía. Precisamente Lütz acaba de escribir junto al cardenal Josef Cordes (otro viejo amigo de confianza de Ratzinger) un libro titulado “La heredad de Benedicto y la misión de Francisco”, cuyo eje es la idea de “desmundanizar la Iglesia”. Esta idea, tan explícita y reiteradamente abordada por Francisco en la predicación de su primer trimestre de pontificado, estaba ya muy presente en el magisterio del Papa Benedicto.

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Autor: diocesismalaga.es

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