NoticiaPentecostés «El Señor envía su Espíritu para llenar el corazón de sus fieles» Publicado: 20/05/2018: 16086 El domingo 20 de mayo, fiesta de Pentecostés y Día del Apostolado Seglar y la Acción Católica, el obispo de Málaga, Jesús Catalá, presidió, a las 11.30 horas, la Eucaristía en la Catedral en la que participaron numerosos representantes de los movimientos e institucionales laicales de la Diócesis. En su homilía, Monseñor Catalá explicó que «el papa Pablo VI nos recordaba que la Iglesia existe para evangelizar y de un modo especial destacaba el lugar de los seglares en esta misión afirmando que su vocación específica los coloca en el corazón del mundo y a la guía de las más variadas tareas pastorales». Y añadió que «a partir del Vaticano II, los papas instan al laicado a que asuman su tarea y su misión propia de transformar el mundo y la sociedad a la luz del Evangelio. Para llevar a cabo esta importante misión, se necesitan laicos bien formados cristianamente, animados por una fe sincera, cuya vida haya sido transformada por el encuentro personal con Jesucristo«. «Hay que soñar, hay que tener visiones desde el Espíritu», afirmó el Obispo de Málaga, «el Señor envía su Espíritu para llenar el corazón de sus fieles, para animarlos a la misión, para confortarlos en el combate cristiano, para transfromar la realidad temporal a la luz del Evangelio y con los sueños del Espíritu. Hay que soñar alto con el Espíritu». Para concluir la homilía, D. Jesús Catalá expresó que «hoy damos gracias a Dios por la gran riqueza de grupos, instituciones e iniciativas evangelizadoras y pastorales de nuestra Diócesis. Doy gracias a Dios por vuestra presencia y por la misión que el Señor os ha encomendado a cada uno». Homilía completa aquí Tras la celebración litúrgica, que estuvo concelebrada por el Cardenal Fernando Sebastián, el vicario general Antonio J. Coronado, el consiliario de Acción Católica Antonio J. Sosa, y el delegado de Apostolado Seglar, Francisco Castro, entre otros, los fieles fueron enviados como "discípulos misioneros de Cristo, Iglesia en el mundo". Portando antorchas encendidas, salieron en procesión "a proclamar la alegría de la salvación", desde el Patio de las Cadenas, hasta Postigo de los Abades, donde se leyó un fragmento de la Exhortación Apostólica "Gaudete et exsultate".