No nos faltan motivos para ser agradecidos, hoy queremos agradecer el servicio prestado y el trabajo realizado por el Padre Juan Morales Molero durante veinte años en nuestra comunidad parroquial.

El padre Juan en este tiempo, al ejemplo del cura de Ars, nos ha enseñado que no es sacerdote para sí mismo, sino que lo ha sido para todos nosotros, desde su llegada consideró esta humilde parroquia como su casa, nos ha escuchado a todos de buena gana y nos ha reconocido nuestra experiencia para trabajar con él en la evangelización de nuestra comunidad, ha intentado en  todo momento que nuestras almas no se endurezcan al Señor y su secreto ha sido dar y darse todo y no conservar nada para sí.

Todo ello nos ha ayudado a experimentar lo que es la verdadera fe, hemos conocido a Jesús. Que solidaridad y paciencia con los pobres, los niños y todos nosotros en la eucaristía dominical, con tu profundidad y sinceridad de tus palabras nos ha dejado una gran huella.

Por todo ello debemos abrir nuestro corazón, celebrar hoy con nuestros cinco sentidos la eucaristía y agradecer a Dios el que hace 20 años enviara a esta humilde comunidad, este pequeño gran sacerdote.