Han asistido una media de unos 150 chicos en cada turno, además de los equipos de responsables de cabaña, de actividades y de cocina.

Cada día los niños han reflexionado sobre algún momento de la vida de la Virgen, destacando los valores que podían imitar de María: servicio, amor desinteresado, fidelidad ante el dolor, valentía en el sí, austeridad, religiosidad... Aunque había un lema concreto en cada jornada, siempre se tenía presente el general del campamento de este año: “A Jesús por María”. Frase que frecuentemente decía el fundador de la Obra MIES: El padre Diego Ernesto Wilson, presbítero de la Diócesis de Málaga que falleció en el año 2005.

Además, diariamente, los chicos y chicas participantes han realizado servicios para los demás como limpieza de comedor, de aseos, batida de basuras y riego de árboles.

Juegos, canciones y Eucarístia

También han participado en actividades al aire libre, talleres de manualidades, tiempo para el deporte, veladas con actuaciones, juegos y canciones y, sobre todo la Eucaristía diaria. La capilla ha sido el lugar más importante del campamento, en ella se presentaba el lema del día por las mañanas y por la tarde se celebraba la Eucaristía.

Uno de los días se realizó una marcha saliendo del campamento por la tarde y regresando antes de acostarse. La salida sirvió a los acampados para valorar el esfuerzo y compartir éste con los demás.

Todos los acampados han participado durante el último año en diferentes actividades en sus parroquias y en encuentros con los demás grupos MIES, algunos de carácter lúdico-deportivos y otros de tipo religioso (Eucaristías, retiros, oraciones, charlas formativas, etc.) El campamento es el colofón a todas estas actividades desarrolladas durante el año.

Los centros MIES

Los centros MIES están repartidos en los diferentes arciprestazgos de nuestra diócesis. Además, en los últimos años asisten a los campamentos MIES de Málaga un grupo de niños y otro de juveniles de la parroquia de San Bartolomé de Andújar (Jaén).

Los campamentos MIES tienen como objetivo general el encuentro con Dios en la naturaleza y en la convivencia con los demás por medio de las diferentes actividades organizadas. Como valoración general se puede afirmar que el objetivo se cumple año tras año (ya van más de 40) y también que todo el campamento está en manos de Él y de su Madre.