La exposición breve del Santísimo tiene como objetivo adorarlo, lo que requiere al menos un tiempo prolongado de oración, por lo que, desde 1973, está terminantemente prohibida la exposición del Santísimo Sacramento solo para dar la bendición, como dispone el número 89 del Ritual del Culto a la Eucaristía fuera de la Misa: “Las exposiciones breves del santísimo Sacramento deben ordenarse de tal manera que, antes de la bendición con el santísimo Sacramento, se dedique un tiempo conveniente a la lectura de la palabra de Dios, a los cánticos, a las preces y a la oración en silencio prolongada durante algún tiempo. Se prohíbe la exposición hecha únicamente para dar la bendición”.