NoticiaLiturgia En la fiesta de San Pedro y San Pablo San Pedro y San Pablo Publicado: 29/06/2020: 20660 Celebramos hoy el día de San Pedro y San Pablo. Dos personajes estrechamente vinculados con el florecimiento y consolidación del cristianismo. Pedro es el personaje más conocido y citado en el Nuevo Testamento: es mencionado 154 veces con el sobrenombre de Pedro y 75 con el nombre de Simón. Era pescador y era un hebreo creyente. Estuvo casado. Es un gran amigo del Jesús y fue el primer Papa de la historia. En él encontramos al hombre limitado y leal. De hecho, con cierta frecuencia, se apunta a las empresas más grandes aunque luego recule. Es un personaje tierno que acepta su limitación y rehabilitado completamente, coge la antorcha y es el primero que reúne al pueblo hebreo para anunciar que Jesús crucificado resucitó y está vivo. Y así lo anunció hasta que fue asesinado, crucificado boca abajo. PABLO DE TARSO En el caso de Pablo encontramos también a un personaje interesantísimo que favorece decididamente la penetración del cristianismo más allá de las fronteras hebreas. Pablo es un tipo profundamente religioso y celoso de su fe hebrea, hasta el punto de que está detrás del asesinato y persecución de muchos de los seguidores del Nazareno hasta que, según cuenta la Escritura, tiene un encuentro con Jesús resucitado. Es, a partir de ese momento, cuando Pablo cambia de actitud y de vida. Un cambio que levanta las sospechas de los primeros cristianos que inicialmente no se fiaron de él. Con el paso del tiempo, el apoyo de Pedro y algunos maestros, que le iniciaron en la fe cristiana, es reconocido por su autoridad entre las comunidades cristianas. Es una persona enamoradísima de Jesucristo hasta el punto de llegar a afirmar que todo lo tiene como basura comparado con el conocimiento de Jesús. Basta acercarse a sus escritos para descubrir su profundidad teológica y sus intuiciones que permiten que el cristianismo se expanda por el Imperio Romano, para ello, aunque es perseguido por el Imperio, no duda en echar mano de su ciudadanía romana para zafarse de la persecución; aunque esto no le evitó la cárcel y finalmente que fuese decapitado hacia el año 67 en tiempos del emperador Nerón.