NoticiaHistoria de la Iglesia

Misiones en la Edad Moderna

Publicado: 04/10/2016: 8136

Tres han sido los grandes periodos de evangelización en el curso de la Historia de la Iglesia: la conversión de los primeros cristianos, en la que predominó el convencimiento personal, dada la elevada cultura de griegos y romanos; la conversión de los pueblos germánicos, en la que el bautismo se recibió de una manera masiva o colectiva y la evangelización en la Edad Moderna, en la que unos pueblos se hicieron cristianos masivamente, como ocurrió en Iberoamérica, deslumbrados por la superioridad cultural y militar española y portuguesa y otros pueblos, como los del Lejano Oriente, que poseyendo una elevada cultura, recibieron el bautismo por convicción personal, ante unos métodos evangelizadores muy adecuados.

Los misioneros, desde el comienzo de los descubrimientos, en su mayor parte, eran miembros de órdenes religiosas por lo que, gracias a su vida comunitaria, podían ejercer mejor su labor evangelizadora: monjes y frailes eran los más idóneos. Más tardíamente se hicieron presentes los clérigos seculares.

Entre las órdenes religiosas, sobresalieron los franciscanos que, desde el principio, acompañaron a Colón como capellanes de la tripulación; hoy se cree que Colón era terciario franciscano. Inferiores en número fueron los dominicos, grandes defensores de los indios, contra el abuso de los colonos.

Agustinos, mercedarios y capuchinos actuaron como excelentes organizadores. Los jesuitas idearon nuevos métodos de evangelización, tanto en Oriente como en Occidente. Las dificultades de estos misioneros fueron incalculables: climas desconocidos, extensiones inmensas de territorios de difícil acceso, enfermedades tropicales…

Durante los siglos XV y XVI, no hubo graves problemas pero, desde el siglo XVII, menudearon los inconvenientes, como el ataque de protestantes contra el avance misional católico, la rivalidad pastoral de las órdenes religiosas misioneras, la disminución de vocaciones y la supresión de la Compañía de Jesús, cuyas numerosas misiones se perdieron irremediablemente.

Santiago Correa

Sacerdote Diocesano

Más noticias de: Historia de la Iglesia