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Visita Pastoral a la parroquia de Nuestra Señora del Socorro (Casabermeja)

Visita Pastoral del Sr. Obispo, D. Jesús Catalá, a Casabermeja
Publicado: 09/10/2022: 412

Homilía de Mons. Jesús Catalá en la Misa durante la Visita Pastoral a la parroquia de Nuestra Señora del Socorro de Casabermeja

VISITA PASTORAL A LA PARROQUIA DE NUESTRA SEÑORA DEL SOCORRO

(Casabermeja, 9 octubre 2022)

Lecturas: 2 Re 5,14-17; Sal 97,1-4; 2 Tm 2,8-13; Lc 17,11-19.

(Domingo Ordinario XXVIII-C)

1.- En esta celebración vamos a conferir los ministerios de Acólito y Lector a D. Juan Fernández Navarro, candidato al diaconado permanente. Nos acompaña el Rector del Seminario, quien ha acompañado al candidato en su proceso vocacional. Se encuentra también el diácono permanente, D. José Fernández Peña, que acompaña al Obispo en las Visitas pastorales a las parroquias. 

Según el libro de los Reyes, el general sirio Naamán regresó para dar gracias al profeta de Dios, haciendo una profesión de fe y exclamando: «Ahora conozco que no hay en toda la tierra otro Dios que el de Israel» (2 Re 5,15). 

El profeta Eliseo le había dicho que se bañara siete veces en el río Jordán; pero el mandatario sirio rechazó esta acción alegando que los ríos de su tierra eran mejores. Sin embargo, instado por sus servidores, aceptó bañarse en el Jordán. La acogida que el hombre de Dios ofreció al sirio, enfermo de lepra y enemigo de su pueblo, provocó su conversión a la fe en el Dios verdadero. 

Y Naamán desde entonces sirvió al Dios de Israel: «Tu servidor no ofrecerá ya holocausto ni sacrificio a otros dioses más que al Señor» (2 Re 5,17).

Al igual que Naamán, también nosotros hemos sido limpiados de la lepra del pecado, que nos deforma, nos desfigura; Dios nos perdona y reconstruye la imagen de Cristo recibida en el bautismo. Nosotros debemos, pues, adorar al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, abandonando los otros ídolos que adora nuestra sociedad; porque, sin darnos cuenta, adoramos los mismos ídolos, pensando que ellos nos darán la felicidad.

2.- El Salmo nos ha invitado a cantar un cántico nuevo por las maravillas que hace Dios: «Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas» (Sal 97,1).

El Señor es fiel a su palabra y cumple sus promesas: «Se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor de la casa de Israel» (Sal 97,3).

Dios ha hecho maravillas en nosotros, dándonos la vida, la filiación divina en el bautismo, el perdón de los pecados y la semilla de inmortalidad, para compartir con Él su vida; gracias a las tres virtudes teologales, fe, esperanza y caridad, podemos vivir más felices. Las personas que no tienen fe, esperanza y amor no pueden vivir felices.

Hay un dato preocupante sobre los suicidios. Normalmente los medios de comunicación informan todas las semanas de los accidentes mortales, pero no informan sobre los suicidios, que son tres veces más. Sin criticar a quien se quita la vida, estos datos son alarmantes. 

Por eso debemos ser agradecidos, porque Dios ha hecho maravillas en nosotros; nos ha dado la vida, el perdón, la semilla de inmortalidad para compartir su vida en la eternidad. Seamos agradecidos y exclamemos: «Aclama al Señor, tierra entera; gritad, vitoread, tocad» (Sal 97,4).

3.- San Pablo nos anima a vivir siguiendo a Jesucristo, resucitado de entre los muertos (cf. 2 Tm 2,8), por quien él lleva cadenas como un malhechor (cf. 2 Tm 2,9). Por ser testigo de Cristo, Pablo fue encadenado y llevado a Roma, donde fue decapitado.

Nuestra vida está unida a la de Cristo: «Si morimos con él, también viviremos con él; si perseveramos, también reinaremos con él» (2 Tm 2,12). 

Pero «si lo negamos, también él nos negará» (2 Tm 2,12), cuando nos presentemos al final de nuestra vida delante de Dios; porque Cristo permanece siembre fiel a su promesa (cf. 2 Tm 2,13). Somos nosotros los que cobardemente le fallamos y no lo reconocemos o no damos testimonio de Él.

El nuevo reino de Dios no atiende a criterios de raza, nacionalidad, lengua o religión para ofrecer su gratuidad y su paternidad para todo ser humano. Por eso, cuando las religiones dividen y justifican guerras y odios, entonces esas religiones han perdido su razón de ser.

Dios ofrece su reino a todas las personas de toda la historia de la humanidad. Todo ser humano es ante Dios un hijo verdadero. Este es el Dios que Jesús nos revela: Dios creador, misericordioso, de amor. 

No debe haber, pues barreras entre las personas. Hemos de acoger a todos, de modo particular al inmigrante, como decía hoy el papa Francisco en el “Angelus”; no podemos negarnos a compartir nuestros bienes.

4.- Estamos realizando la Visita pastoral a esta parroquia de Casabermeja. Tenía grandes deseos de celebrar con vosotros la Eucaristía y compartir la fe como hermanos.

Con motivo de la Visita hemos de revisar cómo celebramos y vivimos la fe y cómo damos testimonio de ella en nuestro mundo. En la revisión encontraremos cosas que cambiar o reponer. 

Como el sirio Naamán, leproso curado, que narra el evangelio de hoy (cf. Lc 17,15-16), hemos de ser agradecidos a Dios por todo lo que nos regala.

Deseo que esta comunidad parroquial mantenga su fe en Dios, viva con alegría y sea testigo valiente que anuncie el Reino de Dios.

Hoy, como hemos dicho al inicio, vamos a conferir los ministerios de Acólito y Lector a D. Juan Fernández, candidato al diaconado permanente. Agradecemos su disponibilidad a la llamada que el Señor le ha hecho para ejercer este ministerio; y su generosidad en la entrega de su vida y de su tiempo. 

Pedimos a Nuestra Señora del Socorro que siga acompañando a esta comunidad cristiana de Casabermeja y que le ayude a ser más feliz en medio de sus trabajos. Amén.

Diócesis Málaga

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